El grupo municipal de IU en el Ayuntamiento de Pozoblanco ha criticado duramente la gestión del actual equipo de gobierno, aunque ha centrado sus denuncias principalmente en la figura del alcalde, Santiago Cabello. Para el portavoz de la formación de izquierdas, Miguel Calero, la situación actual del Consistorio pozoalbense pasa por una paralización generalizada que vendría motivada por la «injerencia» del primer edil en el trabajo del funcionariado y su limitada capacidad para delegar y que tendría como consecuencia, además de esa falta de ritmo en la gestión, «un sobrecoste» a las arcas municipales. Pero las críticas de IU no se quedan ahí ya que se acusa a Cabello de «realizar prácticas de injerencia, ninguneo, desprestigio social y posible caso de acoso laboral a los funcionarios municipales que no se pliegan a sus deseos». 

En la nota remitida por IU se alude a las discrepancias o contradicciones que surgen entre el primer edil y algunos funcionarios y señala tres departamentos clave en la gestión diaria, Secretaría, Intervención y Urbanismo. Respecto a la primera, Calero alude a cuestiones como la no aprobación de actas de la Junta de Gobierno Local porque «al alcalde no le debe de gustar la redacción de las mismas». Más preocupante es la situación en el Área de Intervención ya que se está a la espera del nombramiento de una persona para ocupar esa plaza después de finalizar el plazo en el que ha estado ejerciendo este trabajo el interventor a tiempo parcial y en comisión circunstancial cedido por la Diputación de Córdoba. «Esta inestabilidad en la ocupación del puesto de Intervención repercute en el funcionamiento del Ayuntamiento y del municipio ya que hay que pagar a proveedores, aún no se ha dictaminado la Cuenta General del presupuesto, ni se ha comenzado a elaborar el presupuesto del próximo ejercicio», indica IU. 

Sin embargo, la situación «más surrealista» para la formación liderada por Miguel Calero tiene lugar en el departamento de Obras y expone tres ejemplos para ello. En primer lugar, señala las obras del Risquillo que «se alargan por la falta de planificación y los cambios de parecer de Santiago Cabello». En este sentido, relata que el primer proyecto no contemplaba jardineras en la parte derecha y las escalinatas simplemente se iban a empedrar con piedra no deslizante. IU alega que el proyecto original ha sido modificado varias veces según «los antojos del alcalde que tiene asesores personales que no son los empleados del Ayuntamiento y que se guía únicamente por lo que le indican sus palmeros». Además, se incide en que se van a volver a levantar parte de la escalinata empedrada, además de la contratación de dos oficiales para las obras «saltándose las bases de la bolsa de trabajo». 

La segunda situación que IU denuncia en este sentido hace referencia a las obras de la calle Fernández Franco donde también habría habido modificaciones y «contra modificaciones» a consecuencia de la «injerencia e indicaciones del propio alcalde a los albañiles, a los que ha señalado por dónde debía ir el acerado». Por último, se hace mención a las obras de los servicios del campo de fútbol de la localidad que fueron precintadas por «las diferencias suscitadas con los técnicos». «Esto ha llevado a situaciones absurdas como que el alcalde mandar a la Policía Local a precintar sus propias obras municipales», explica Calero. 

Personal

Del mismo modo, IU hace mención a una situación ya denunciada en el pleno de septiembre y que afecta a un funcionario del Ayuntamiento tras su incorporación después de una baja. «Esta falta de criterio y de responsabilidad ha hecho que se destine a un funcionario, que se incorporaba tras una baja por incapacidad temporal, a un lugar donde no hay condiciones, ni materiales ni higiénicas, para desempeñar su trabajo. Para colmo, después se le ha destinado al estacionamiento de vehículos pesados, centro donde ya hay cinco personas, por lo que el funcionario no tiene nada que hacer, suponiendo un gasto innecesario y un despilfarro para el Ayuntamiento». 

Para finalizar, desde IU se asegura que «el problema es Santiago Cabello y su afán de protagonismo, no los funcionarios, a los que culpa de sus males e intenta desprestigiar cuando las cosas no salen como él quiere, como hizo en el pasado pleno del mes de septiembre. Esta postura del primer edil está provocando crispación y tensión, llevando al Ayuntamiento de Pozoblanco a un desbarajuste e inmovilismo no visto nunca hasta ahora».