El 24 de junio el Tribunal Supremo de Estados Unidos derogó, por seis votos a favor y tres en contra, la doctrina de Roe vs Wade, que reconocía el derecho constitucional de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo desde 1975. Un derecho extendido en todo el país que queda eliminado ya que con esa decisión el aborto pasó a no estar reconocido como un derecho constitucional en Estados Unidos y ahora será cada estado el que pueda prohibir o proteger ese derecho. Casi un mes después de aquella decisión llamada a cambiar la historia y los derechos de las mujeres la analizamos con Tránsito Habas, integrante de la Asociación de Mujeres Ventana Abierta. 

«La decisión en sí supone un retroceso histórico en los derechos de las mujeres de Estados Unidos que desde hace 50 años tienen el derecho a interrumpir voluntariamente su embarazo», expone Habas que analiza también que lo «más perverso» de esta decisión del Tribunal Supremo son los argumentos esgrimidos. «Sus argumentos son que no es un derecho que figura en la Constitución y que no es un derecho que tenga historia y tradición en Estados Unidos. Es el colmo de la hipocresía y la mentira», explica para después detallar que «decir esto es desconocer la historia, y no creo que lo hagan. Las mujeres han interrumpido voluntariamente el embarazado desde el inicio de la historia de la humanidad obligadas por diferentes circunstancias». 

En este punto, Tránsito Habas señala que «ninguna mujer aborta por capricho, ni de buen grado, es realmente doloroso para ellas hacerlo». «Esta decisión sienta un precedente muy peligroso porque qué pasa con derechos que no están instaurados como tradición o historia, ¿no pueden considerarse derechos? Si esto es así, cuántos derechos se ponen en peligro», afirma. Respecto al momento de esta derogación, Habas tiene claro que «es la consecuencia de unos años de gobierno de ultraderecha con la cabeza de Trump liderando el país. Tres de los jueces que dictaron a favor los puso él; ya se ven las consecuencias de las políticas neoliberales, que lo primero que hacen es atacar siempre los derechos de las mujeres. Eso es algo que la historia nos cuenta». 

El limbo en el que quedarán miles de mujeres también es evidente abriéndose la brecha entre las mujeres con recursos y las que carecen de los mismos. «Las que no tengan recursos volverán a la clandestinidad poniendo en peligro su vida y su salud», matiza Habas. Por todo ello, la integrante de la asociación feminista apunta que «las mujeres tenemos el poder de cambiar cosas si nos unimos y levantamos nuestra voz estoy segura de que esto se cambiará. Además, seguiremos muy alertas y vigilantes por lo que pueda pasar». Y es que la onda expansiva de lo ocurrido en Estados Unidos es otro de los temores. «Como decía Simone de Beauvoir en cualquier crisis política o económica lo primero que se cuestiona son los derechos de las mujeres y se intentan eliminar, por eso tenemos que estar vigilantes».