La Fiesta de la Primavera se transformó este año en Jarana Primaveral, una fiesta donde la música era la auténtica protagonista y que consiguió aglutinar a un público fiel que fue animándose conforme fue avanzando la oferta. La frialdad de público con la que se encontró Taiacore fue rompiéndose y la propuesta musical acabó con centenares de personas disfrutando de la misma.

No falló Son de Nadie y como viene siendo habitual cada vez que toca en Pozoblanco reunió a un nutrido grupo de fieles que acompañó a la banda liderada por Antonio Olmo. Sirvió de preludio para uno de los platos fuertes de la jornada, Tomasito, que en su primera vez en Pozoblanco supo congeniar con el público no sólo por su el mestizaje que propone y que bordea el flamenco-rock, sino por una puesta en escena que contó con la complicidad de los allí presentes.

Eskorzo, cabeza de cartel, puso el colofón a una noche que continuó con DJ Floro y que cerró el círculo de una fiesta que recuperó el espíritu de la fiesta de la primavera.