La joven de 21 años Patricia Aguilar narra por primera vez en un libro cómo fue captada con 16 años a través de Internet y arrancada de su familia por una secta sexual, que la empujó a una huida «no voluntaria» que concluyó cuando su padre le rescató junto a su bebé de dos meses en una selva de Perú. Lo hace para que su historia ayude a otras jóvenes a detectar este tipo de engaños y en una historia donde tiene mucho que ver la periodista pozoalbense Vanesa Lozano. 

Las 306 páginas donde se refleja el calvario de esta joven y también la complejidad para perseguir este tipo de delitos en España, están escritas por la periodista pozoalbense que en declaraciones a Efe recalca que también se trata el proceso de «desprogramación y lucidez» por el que la víctima se da cuenta poco a poco de lo sucedido, un paso fundamental para que haya el «final feliz» que ha tenido Patricia.

«Todos somos susceptibles de caer en una secta, y la peculiaridad de este caso es que nunca ha habido uno documentado de principio a fin como este», según Lozano, que destaca la «generosidad» de Patricia por «abrirse en canal» en las páginas del libro para prevenir a nuevas víctimas de este tipo delincuentes.

La historia

Los capítulos recogen la evolución del engaño y «cómo uno entra en la cueva del lobo sin darse cuenta», así como «la manera en que comienza por internet una relación de amistad que se transforma en noviazgo y al final acaba en un punto que parece incomprensible». Esta protagonista involuntaria de engaño, manipulación, abusos, vejaciones y hasta violaciones ha incluido una carta manuscrita a su pequeña Naomi en la que le explica que el libro es la «única forma de intentar que no vuelva a ocurrir».

El manipulador es Félix Steven Manrique, que se autodenominaba el Príncipe Gurdjieff, comenzó a escribir a una Patricia de 16 años después de que ésta colgara en Facebook un mensaje que desvelaba que estaba pasando un difícil duelo por la repentina muerte de un tío de 29 años que para ella era casi como un hermano.  El líder, que cumple 20 años de prisión por trata de personas, aprovechó que «era vulnerable, que buscaba respuestas y cariño» para tenderle la trampa y acabar robándole su adolescencia y su vida.