La lucha de la Plataforma ‘Que Pare el Tren de Los Pedroches’ parece no tener fin y su trabajo para que la estación del AVE de Villanueva de Córdoba sea clave en las comunicaciones de la comarca prosigue. Una lucha encaminada en la actualidad a recuperar la frecuencia de trenes previa a la declaración del estado de alarma, meses donde se rebajó la oferta y de los seis trenes que paran -tres en cada sentido- tan solo quedaron habilitados dos, una situación que aún permanece.

En este sentido, representantes de la Plataforma se reunieron ayer viernes con políticos del PSOE, concretamente, con el diputado nacional Antonio Hurtado, la senadora María Jesús Serrano, y los representantes provinciales y comarcales Juan Díaz y Rosario Rossi. Una reunión donde se expuso la necesidad de «hacer valer las justas razones de los ciudadanos de Los Pedroches» y donde se dejó manifiesto «el malestar existente» dejando claro que si no hay una respuesta «rápida y satisfactoria» las movilizaciones en torno al tren volverían a aparecer. 

La reunión sirvió también para hacer entrega de un estudio actualizado a fecha de 31 de julio donde se expone la situación de incomunicación de la comarca a lo que hay que unir ahora la pérdida de servicios de la estación. En el mencionado estudio se compara la situación de la estación de Los Pedroches con, por ejemplo, Puente Genil, donde siguen operando 19 de los 29 trenes más 4 lanzaderas, que venían parando en esa estación. También se trató la ampliación del número de trenes, reclamación que la Plataforma ha hecho desde el principio de la puesta en marcha de la estación ante la evidencia de que ese cortísimo número de trenes no iba a cubrir las necesidades de los ciudadanos de Los Pedroches que, como se ha demostrado, tienen que desplazarse a Puertollano y a Córdoba con el coste económico y de tiempo que ello representa.

Por último, durante la reunión se abordó el perjuicio que para las empresas de la zona y para el sector del turismo rural está provocando la falta de trenes. También se manifestó el temor a que la liberalización del transporte ferroviario sea negativa y que prime el interés puramente económico en lugar de la obligación del Estado de nivelar territorios y dar oportunidades de futuro a zonas como la nuestra, tan aislada desde tiempo inmemorial.