Además de lo referente a la Liga Sacyr Asobal y a la Guerreras Iberdrola y al apartado reservado a la División de Honor Plata Masculina, la Asamblea Ordinaria de la Federación Española de Balonmano del sábado en Guadalajara también dejó perfilada la otra categoría de índole nacional a ojos del organismo en categoría masculina, la Primera Nacional.

Sin embargo, a diferencia de lo sucedido en otras categorías, la noticia aquí es que no hay noticia en sí, porque se mantendrá la estructura de competición de la temporada 2019/2020: 96 equipos distribuidos en seis grupos de 16 equipos cada uno, con un sistema de liga regular a doble vuelta de 30 jornadas. Córdoba tendrá en principio a dos representantes, el Balonmano Pozoblanco, que ya compitió en el Grupo F la pasada campaña, y el ARS Palma del Río, que ha decidido voluntariamente descender desde la División de Honor Plata por problemas económicos y deportivos y que tiene sitio en esta liga por su intercambio de plazas con el Sporting Alicante.

A priori el Grupo F podría repetir integrantes con la entrada de los palmeños por el Ikasa BM Madrid, ascendido por ir líder en el momento del parón por el coronavirus, aunque habrá que ver si todos los equipos salen y posibles reajustes por quedarse cojos otros grupos. Este año los otros rivales del Pozoblanco fueron Caserío de Ciudad Real, Maracena, Pinto, Bolaños, Bahía de Almería, Málaga, Sanse, Montequinto, Ciudad de Algeciras, Melilla Virgen de la Victoria, Safa-Madrid, Maravillas de Benalmádena, Iplacea y Corazonistas.

Como es habitual, en la liga los dos primeros de cada grupo pasarán a una fase de ascenso compuesta por tres grupos de 4 equipos cada uno, en la que, en formato todos contra todos a una vuelta, ascenderá el campeón de cada cual. Mientras, descenderán a Segunda Nacional los dos equipos peor clasificados de cada uno de los seis grupos, para un total de 12.