De «excepcional y límite», así han catalogado Asaja Córdoba, COAG Córdoba, UPA Córdoba.y Cooperativas Agroalimentarias, la situación por la que atraviesa el campo cordobés. Los altos costes de producción, incrementados por la subida de la electricidad y de los combustibles; una reforma de la Política Agraria Común que no convence; y la nueva normativa laboral y falta de mano de obra llevan a las asociaciones agrarias a darse la mano para convocar una nueva movilización que tendrá lugar el próximo 21 de diciembre en Córdoba y que pretende visibilizar los problemas a los que hace frente el sector primario, pero también acercar esos problemas a la sociedad y a los consumidores. De todo ello ha hablado hoy en Pozoblanco el presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández; la secretaria general de COAG Córdoba, Carmen Quintero; el secretario general de UPA Córdoba, Miguel Cobos; y el representante de Cooperativas Agro-alimentarias de Córdoba, Juan Antonio Caballero.

Así, la movilización encuentra una de sus principales motivaciones en unos costes de producción que se han disparado a niveles «nunca vistos» con piensos para el ganado que se han encarecido cerca de un 30 por ciento en el último año. Además, se ha hecho hincapié en el incremento de los precios de las semillas, los abonos, el agua o los plásticos que se utilizan en los cultivos de invernadero. Sin embargo, las subidas más espectaculares son las que afectan al gasóleo (+73 por ciento) y la energía eléctrica (+270 por ciento). En este sentido, se reclama que el valor en la cadena de producción «no perjudique siempre a los mismos», es decir, a los productores. En este sentido, las asociaciones agrarias solicitan un reparto más justo del valor de los alimentos en la cadena alimentaria, acabar con la venta a pérdidas y el uso de los productos agrarios como reclamo en los puntos de venta a los consumidores, investigación de oficio ante las posibles fijaciones de precios, así como la articulación de medidas fiscales para proteger la producción de alimentos y, por tanto, el sector primario. 

Otra de las cuestiones que denuncias las asociaciones agrarias está centrada en la nueva normativa laboral ya que consideran que «se hace desde una absoluto desconocimiento de la realidad del sector y son inaplicables». «El exceso de temporalidad no puede ser imputado a nuestro sector, cuya temporalidad es similar a la existente en los distintos países europeos del centro y sur de la Unión Europea», explican a la vez que critican que «la conversión en fijos discontinuos que se está haciendo de forma unilateral por parte del Gobierno está creando enormes dificultades tanto para empresas como trabajadores, ya que no reflejan la realidad del trabajo en el campo». En este sentido, se ha denunciado que esta situación «resta competitividad» al campo y, por eso, se solicita, contratos temporales como una necesidad intrínseca a la naturaleza de la actividad adaptados a la realidad del trabajo, así como la aplicación de bonificaciones en las cotizaciones de Seguridad Social a la conversión de contratos temporales en fijos o fijos discontinuos. 

Posibilidad de construir microembalses

Otras de las cuestiones que está poniendo al límite al campo cordobés es la falta de agua, que vuelve a encarecer los costes de producción. En este sentido, se pide al Ministerio que se autorice la construcción de microembalses para poder almacenar agua en época de lluvia y mitigar los efectos que la sequía está produciendo en el campo cordobés.