Las obras de emergencia para conectar el embalse de La Colada con el de Sierra Boyera ya han comenzado con la intención de paliar la sequía que sufren las comarcas de Los Pedroches y el Guadiato. El director de obra, Carlos del Rey, ha explicado en la mañana de hoy jueves de manera resumida en lo que consistirán unas obras que se intentarán hacer en cuatro meses, pero que tienen que salvar varios obstáculos, entre ellos, las dificultades de compra de los suministros. Esa conexión, que está finalizada en un 95 por ciento, aprovechará precisamente las conducciones que ya están realizadas y que en su día llevó a cabo la Junta de Andalucía sin que se llegara a finalizar. El importe máximo para la interconexión de los dos embalses es de 4.368.329,61 euros, y se espera que esté operativa en enero de 2023. 

Pero, ¿en qué consisten esas obras? La conexión implica la construcción de una toma flotante en el embalse de la Colada, de la que parte una corta conducción hasta un depósito regulador, que alimenta una estación de bombeo con una impulsión que conecta con la conducción existente (realizada en su día por la Junta de Andalucía) que llega al depósito regulador de Cuartanero, y, desde allí, a la ETAP de Sierra Boyera. Un proceso en el que se tienen que establecer los equipos adecuados para salvar los desniveles y también para que el agua no llegue con la presión provocada por la gravedad a la ETAP de Sierra Boyera. Un complejo sistema que también conlleva el arreglo de los depósitos existentes para evitar la fuga de agua, así como un refuerzo del pretratamiento en la ETAP dada la previsible diferencia de calidades de las aguas brutas a tratar.

Las obras han sido visitadas por el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, que ha estado acompañado por la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela, así como por alcaldes de Los Pedroches y el Guadiato. Morán detalló durante su intervención los antecedentes de esta conexión, que viene siendo motivo de rifirrafe político desde hace años, indicando que «decidimos acudir en auxilio del territorio y se declaró la obra de emergencia en el mes de agosto». El secretario de Estado de Medio Ambiente también destacó la importancia de la rapidez realizada en los trámites previos y aseguró que «las obras nos sitúan en un escenario muy exigente de dar certidumbre respecto al abastecimiento antes de que se produzca el problema que desde el territorio se nos ha trasladado». 

Morán no quiso dejar atrás la implicación de la ciudadanía y «la reducción en un 20 por ciento los consumos ordinarios de agua» lo que deja «un colchón que nos permite tener un plazo razonable para concluir las obras». Respecto a la posibilidad de la conexión de Sierra Boyera con Puente Nuevo, el secretario de Estado de Medio Ambiente sacó a relucir la previsión de inversión que hay en las diferentes confederaciones «de manera planificada» y apuntó que «teníamos una infraestructura acometida al 95 por ciento lo que nos permitía acometer la obra en un calendario casi inmediato ante un proyecto que iba a necesitar de un periodo mucho más largo de maduración».