No fue la gala inaugural más espectacular, la que utilizó más artificios para dar luz verde a las pruebas que componen las Olimpiadas Rurales de Los Pedroches, pero sí estuvo llena de momentos emotivos que obligaron a mirar hacia atrás en la noche en la que el colectivo humano que ha dado vida a esta iniciativa brindó por una década de historia. Estuvieron presentes todos, desde los promotores de la idea hasta aquellos que año tras año acudían fieles a la cita a Añora y que ya no están entre nosotros. Cuatro palomas soltadas al viento por cuatro niños en su memoria, el público puesto en pie y más de una lágrima en su recuerdo.

En la gala inaugural de las X Olimpiadas Rurales tuvo mucho protagonismo la palabra, el diálogo para ir encadenando cada momento de la misma. Empezando por la presentación de los equipos, viéndose a los 48 -representados por un componente- sobre el escenario y recibiendo una presentación diferente; siguiendo por el homenaje a equipos que vienen a significar mucho en cada edición como «El Trompetón» porque, ¿qué serían las Olimpiadas sin su animación?; hasta el espectáculo final que combinó música y baile y que finalizó con fuegos artificiales cuyo sonido vaticinó el inicio de las pruebas. Fue una noche eterna, para el recuerdo, pero también por el tiempo ya que cuando estaba previsto empezar la última prueba -doce de la noche- fue el momento en el que acabó la gala inaugural.

Pero poco se dejó eso notar en los ánimos de los participantes, que ya antes habían demostrado sus ganas de pasarlo bien en el desfile que recorrió algunas de las calles de la localidad cuyos balcones lucen orgullosos la bandera de las Olimpiadas. La primera noche fue el momento también para «A piola» y la avalancha de colores que se puede observar en el campo de fútbol; para la fuerza del «garrote» y para la habilidad de la «cucaña». Fue una noche para celebrar que las Olimpiadas calaron hace tiempo entre quienes incondicionalmente las introdujeron en su calendario. Y eso invita a vaticinar otro hecho, seguirán cumpliendo décadas.