El reconocimiento a la ejemplaridad de una vida contra el fascismo, por las libertades y en defensa de la democracia. Esas han sido las primeras palabras dedicadas por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, a Juan Romero, el último superviviente español del campo de exterminio nazi de Mauthausen. Juan Romero, natural de Torrecampo, ha recibido el primer homenaje del Gobierno español a los 101 años de edad y lo ha hecho en el Ayuntamiento de Aÿ-Champagne, localidad francesa donde vive. 

«Nunca haremos lo suficiente, siempre estaremos en deuda con los antifascistas españoles que salieron de nuestro país y que pagaron con sus vidas», ha indicado Calvo que ha resaltado la figura de Juan Romero, pero también la del resto del exilio español. Para la vicepresidenta, el homenaje realizado hoy viene a «recuperar la dignidad de la memoria», pero también «la justicia y la gratificación eterna que debemos sentir». 

En en un sencillo pero emotivo acto, Calvo se ha dirigido al homenajeado afirmando que «tu vida es de esas pocas vidas que tiene pleno sentido, has tenido el valor de saber cuál era tu lugar en el mundo, nos has ofrecido a los demás un reguero de orientación. Eres un ejemplo admirable para muchos españoles que hoy nos miramos en ti y en otros que no pudieron salir de los campos de concentración, que perdieron sus vidas. El reconocimiento de hoy es el reconocimiento de la democracia española, gracias por tu vida». 

La historia de Juan Romero

Cuando estalló la Guerra Civil española, Juan tenía 17 años. Perteneció a la 33 brigada del XV Cuerpo de Ejército y defendió la República en la sierra de Guadarrama, Brunete, Guadalajara y Teruel. Tras la caída de Cataluña, en febrero de 1939, pasó la frontera francesa por Puigcerdà. Las autoridades francesas le internaron en el campo de concentración de Vernet d’ Ariège. Allí, en abril, se alistó a la Legión Extranjera para seguir combatiendo al fascismo ante la guerra que se avecinaba.

Cuando un año más tarde Alemania invadió Francia, Juan fue hecho prisionero cerca de Épinal, junto a un importante número de republicanos españoles. Le trasladaron al stalagIII-A. Allí permaneció un año hasta que le deportaron a Mauthausen, de donde consiguió salir con vida. Fue repatriado a Francia. Se instaló en Ay, junto a una veintena de deportados. Allí conoció a su mujer y con ella rehízo su vida. Se casaron en 1947 y tuvieron cuatro hijos. Juan trabajó durante 30 años en un viñedo y una bodega que fabricaba champagne. Hoy, con 101 años, recibe el primer homenaje de su país.