10 de septiembre, esa es la fecha marcada en rojo en el calendario para la vuelta al colegio del alumnado de Infantil y Primaria en los centros educativos andaluces, cinco días después abrirán sus puertas los centros de Secundaria. La de 2020 no es una reapertura de las aulas más, es la vuelta al colegio marcada por el coronavirus; una vuelta a las aulas donde el precio del material escolar y el peso económico para las familias casi ha pasado a un segundo plano porque lo que viene marcando el día a día de los equipos directivos de los centros y de las familias son las obligaciones y recomendaciones en materia de salud para minimizar los riesgos de contagio. Pasearse estos días por algunos de esos centros educativos es hacerlo por espacios que se han tenido que adaptar para establecer los grupos de convivencia, para impedir más contactos de los estrictamente necesarios, una adaptación que intentará devolver algo de normalidad a un alumnado que vuelve a las aulas seis meses después. 

Además de adecuar los centros, los equipos directivos y el profesorado se familiarizan con un protocolo que dejan claro que es «un documento vivo», tan vivo como cambiante, las órdenes y nuevas instrucciones son constantes, sin olvidar a la atención que hay que prestar a la evolución de la propia pandemia. El colegio Maestro Rogelio Fernández de Villanueva del Duque está preparado para abrir sus puertas, los mensajes educativos se entremezclan con aulas que llevan el nombre de personalidades como Paco de Lucía, María Zambrano, Antonio Machado o el escritor local Alejandro López Andrada, a ese entorno reconocible para el alumnado se unen, por ejemplo, las indicaciones a modo de semáforo que hay en las puertas de los aseos, el rojo indica que no se puede pasar porque ya hay una persona en el interior, el verde todo lo contrario. Son los mecanismos ideados para hacer más llevadera la nueva situación, que implica también establecer nuevos circuitos de entradas y salidas, de acceso a las aulas y de distribución en los patios. Todo bajo una única premisa, respetar los grupos de convivencia. 

«Es una vuelta al cole diferente porque las medidas higiénico-sanitarias tienen que ser muy precisas, lo hemos dicho en el claustro, lo que tiene que prevalecer es la cuestión sanitaria, es la prioridad», cuenta el director del centro villaduqueño, Juan Antonio Moreno, que incide en que «el protocolo es un documento abierto, estamos adquiriendo todos los recursos que podemos y esperemos un inicio de curso lo más normal posible». El centro, por el número de alumnos, no sobrepasa la ratio establecida por aula, pero sí presenta otras casuísticas que «podrían haber sido tenidas en cuenta». «No nos corresponden profesores de refuerzo por la ratio, pero sí tenemos clases mixtas que podrían estar desdobladas si nos hubieran facilitado esos recursos, además de tener profesores compartidos con otros centros», apunta la jefa de estudios, Sara Dorado. Una realidad que hace más compleja la situación por lo que recalca que «se podría haber planteado el darnos los profesores a tiempo completo para minimizar esa movilidad». 

En el paseo por el centro se pueden observar las limitaciones en los pasillos, la división de espacios, el trabajo por desalojar las aulas y dejar únicamente el material que se va a utilizar, como marca el protocolo. Como casi todo alrededor del Covid-19 los tiempos de reacción son mínimos y eso ha obligado a los equipos directivos a estar activos durante todo el periodo estival. «Habría que haber hecho un trabajo previo y conjunto para que los ayuntamientos hubieran ofertado, por ejemplo, espacios alternativos, esa facilidad sí la tenemos en los pueblos. Los centros no sabemos ni lo que comprar porque se supone que la delegación nos envía material que no llega y no podemos esperar al último día», añade Dorado. 

Toda esta realidad conlleva la preocupación lógica de las familias con las que «mantenemos una comunicación constante», pero están «muy inquietas». «Hemos trabajado de la manera más unida posible, el Ayuntamiento ha estado ahí, ha colado sensores en los baños para que no haya que tocar grifos; hemos recibido el apoyo del AMPA, de un padre muy implicado que incluso ha establecido un sistema para el ver el nivel de contaminación para saber cuándo hay que ventilar las clases; nosotros hemos buscado las mejores fórmulas posibles para que haya entradas diferentes, para dividir los grupos de convivencia por ciclos», detalla el director del centro. 

Esa realidad es la misma que se vive en otro centro de la comarca, el colegio Nicolás del Valle de Villaralto donde su director, Ángel Carmona, añade que «la situación es un poco compleja porque nos obliga a crear grupos de convivencia, que no se mezclen, estamos realizando cursos para actualizarnos, para formarnos porque diariamente nos llega información y hay cosas que tenemos que cambiar, estamos poniendo todos los esfuerzos para que todo funcione». «Es cierto que nosotros tenemos cierta facilidad por el espacio, es un aspecto positivo que se extiende al recreo porque tenemos varios patios que nos permitirán que los grupos de convivencia se mantengan», señala Carmona. Recalca también la fluida comunicación que mantiene con padres y madres que muestran una preocupación que se entremezcla con las ganas y necesidad que ven en sus hijos de volver a tener el contacto y el aprendizaje que ofrecen las aulas. 

La parte formativa

La parte sanitaria será más importante que nunca en el curso escolar 2020/2021, pero también preocupa la parte educativa como es lógico. Por ello, el profesorado estará atento a detectar de qué lugar parte el alumnado tras el atípico tercer trimestre donde la formación se ciñó a la parte telemática. Precisamente este será otro punto fundamental y un reto para los centros porque «vamos a enfocar las primeras semanas a formar el alumnado a nivel tecnológico para estar preparados, que no nos ocurra lo que en marzo», según apunta la jefa de estudios del Maestro Rogelio Fernández. Y es que esa es una de las pocas certezas que existen en la actualidad, hay que estar preparado para afrontar cualquier escenario.