El coronavirus ha cambiado nuestra forma de vida y ha puesto a prueba la resistencia del sistema sanitario español. Los profesionales han trabajado contra el tiempo para hacer frente a la pandemia desde la primera línea de batalla. María José Ferrer, directora médica del Área Sanitaria Norte, sabe de ello. Con esta profesional hablamos sobre el coronavirus, sobre los nuevos mecanismos de atención, del esfuerzo estructural y humano, de datos sin cifras y también de la necesidad de que la ciudadanía siga colaborando con el sistema sanitario para ganarle la partida al virus. 

 

Pregunta: Quizás la primera pregunta sea algo obvia pero, ¿cómo ha cambiado el coronavirus el trabajo diario en un Hospital o en un Centro de Salud?

Respuesta: El coronavirus ha supuesto un antes y un después en la dinámica habitual de cualquier hospital y cualquier centro de salud, se han establecido diferentes formas de trabajar que no eran las habituales. Hemos aprendido de una forma rápida a utilizar más la telemedicina, a mejorar la comunicación, hemos utilizado consultas telefónicas en mucha mayor proporción de la que habitualmente la hacíamos, hemos aprendido en temas de consultas telemáticas a través de videoconferencias con pacientes, de telemedicina que no estaba tan instaurada. Hemos consensuado protocolos entre diferentes niveles asistenciales de Atención Primaria y Hospital de forma dinámica, han sido muchas mejoras positivas en el día a día. 

P: Esa nueva forma de trabajar, esas mejoras ¿tendrán continuidad después del coronavirus o son cuestiones puntuales para un momento determinado?

R: Son mejoras que, sin duda, deben de tener continuidad ya que las hemos podido desarrollar con éxito e identificar sus bondades. Sin duda, deben de continuar. 

P: En ese día a día, para el Área Sanitaria Norte es fundamental el Hospital Valle de Los Pedroches. ¿Cómo se ha organizado ante la pandemia? Qué nivel de normalidad hay en el resto de plantas y consultas teniendo en cuenta que la vida a nivel médico sigue más allá del coronavirus. 

R: Inicialmente cuando llegó esta epidemia todo se paralizó, todo lo que no era una actividad asistencial de urgencia se quedó en ‘stand by’, por decirlo de alguna manera, porque hubo que reorganizar los recursos que teníamos, tanto de infraestructuras como materiales como los recursos humanos. Esa reorganización hubo que hacerla para poder dar atención a los pacientes que venían con una sospecha de infección por Covid-19 o una confirmación de enfermedad. Poco a poco, conforme hemos ido trabajado, dando atención a estos pacientes, hemos podido ir comenzando a dar atención a otras patologías no urgentes no relacionadas con el Covid-19. 

En cuanto a la organización, en el Hospital se diferenciaron tanto en planta de hospitalización, como en Urgencias, como en la UCI diferentes zonas de atención, una dirigida a pacientes sospechosos o con infección confirmada y otra para el resto de pacientes, todo encaminado a evitar la contaminación entre ellos. Es decir, todas las plantas se han desdoblado, en una misma estructura física y funcional hemos conseguido desdoblarlas y garantizar que los pacientes que acudan por una cosa no tengan riesgos de contagio por la otra.

P: El hecho de que los primeros casos tardasen en llegar a la zona ha sido algo fundamental para poder trabajar con previsión. 

R: Eso ha sido una ventaja que afortunadamente hemos tenido nosotros y por desgracia otros compañeros de otras comunidades no han tenido. Tanto los casos que ocurrían en Italia, que se adelantaron unas tres semanas, como los que ya eran de nuestro país con los compañeros de Madrid o Málaga nos dieron esa ventaja, ya conocíamos qué actuación habían tenido ellos, qué resultados estaban obteniendo y nos permitían de alguna manera a nosotros a prepararnos mejor para lo que nos venía. 

P: Esa previsión les ha llevado incluso a organizar y preparar zonas de hospitalización en otros municipios ante un posible colapso del Hospital de Pozoblanco. 

R: Exactamente, nos ha dado tiempo a trabajar con antelación, previniendo lo que pueda llegar a pasar, cosa que a otras comunidades no les ha dado tiempo y lo han realizado sobre una situación de sobrecarga y sobreocupación. 

P: ¿Qué atención se le presta a un positivo por coronavirus que no requiere hospitalización, que pasa la enfermedad en su domicilio?

R: Esos pacientes tienen un seguimiento activo por parte de sus médicos de Atención Primaria, habitualmente un seguimiento por consulta telefónica prácticamente diario, con un gran esfuerzo por parte de los compañeros de Atención Primaria que han sabido adaptarse a una sistemática de trabajo diferente. Esa atención está siendo bastante efectiva. Los casos en los que es necesaria también una asistencia presencial se les atiende con las mismas garantía que a cualquier otro paciente.

P: ¿Qué tiempo medio transcurre desde que una persona es diagnosticada de coronavirus y la superación de la infección?

R: Habitualmente, si no hay ninguna complicación en la evolución de la enfermedad y entra en el criterio de leve, que son el 80-85 por ciento de los casos, el tiempo de recuperación oscila entre las 2 y 3 semanas, es decir, entre 14 y 21 días.  

P: ¿Se han dado casos en el Área de personas que hayan superado la enfermedad y hayan tenido una posterior recaída?

R: A nosotros no nos consta ninguna recaída de un paciente curado. 

P: Ustedes son profesionales y se espera que puedan hacer frente a estas situaciones, pero ¿cómo de preparado está un profesional sanitario para afrontar una pandemia en el sistema sanitario actual?

R: Realmente cuando alguien se enfrenta a una cosa desconocida no puede decir que está preparado, nadie sabía la envergadura que esto iba a tener. Realmente preparado al cien por cien no creo que nadie sea capaz de decir que estaba. Sí es cierto que la planificación con la suficiente anticipación nos ha permitido estar algo más preparados. 

P: ¿Qué nivel de presión han sufrido y están sufriendo los profesionales?

R: Se ha trabajado con mucha presión, ahora se está disminuyendo. Los números de casos positivos sigue la tendencia a la baja en toda Andalucía y eso se está notando en los hospitales y en los centros de salud. Pero a esa disminución hay que añadir la experiencia que tenemos, llevamos rodado un mes de adaptación a los nuevos circuitos asistenciales, de conocimiento de la enfermedad, ya hay mucha literatura publicada al respecto. Esa experiencia acumulada acompañada a la disminución del número de contagios, que está siendo paulatina, nos permite que la presión que hemos soportado estos días vaya también disminuyendo. 

P: Sé que no tienen permitido ofrecer datos concretos, pero más allá de las cifras ¿se puede ser optimista con los datos que maneja el Área Sanitaria Norte?

R: Podemos ser optimistas, sí. Tenemos unos datos en resultados bastante favorables respecto a otras zonas de nuestra misma comunidad. 

P: Con todo, se está remarcando mucho la necesidad de seguir a rajatabla el confinamiento. No estamos en el momento de poder relajarnos. 

R: Por supuesto, se debe de ser muy prudente porque lo que está demostrado es que el contagio se produce por el contacto de persona a persona, si comenzamos a dejar de forma masiva el confinamiento, si salimos todos a la calle todavía hay gente que es portadora del virus y se puede originar otra nueva cadena de infecciones. El problema del famoso segundo pico, del que tanto se habla, es que este segundo pico vendría sobre un sistema sanitario que se está recuperando de la situación vivida. Si el segundo pico es muy intenso, va a provocar daños en el sistema sanitario de colapso, de agotamiento de recursos, van a ser daños mucho mayores porque estamos sobre una cosa dañada que se está recuperado poco a poco. 

La medida del confinamiento sigue siendo muy importante porque estamos en una situación de pandemia y hay que ser muy prudentes. Por supuesto, cuando se permita salir a la calle hay que evitar las masificaciones, seguir con las medidas de higiene recomendadas. El éxito de que sigamos superando con buenos resultados depende de un 50 por ciento del sistema sanitario, pero en otro 50 por ciento de que la sociedad continúe colaborando. 

P: Estos días se han hecho test en residencias y centros sociosanitarios, ¿a los profesionales sanitarios también se les han realizado esos test?

R: Esos test han estado destinados a las residencias, los profesionales sanitarios han tenido las pruebas correspondientes según las recomendaciones del Ministerio. 

P: La situación derivada de esta pandemia también tiene su componente más humano. ¿Cómo se vive el aplauso de las ocho en los centros sanitarios?

R: Es muy emocionante, se vive en todos los hospitales, en todos los puntos de urgencias de centros de salud, en nuestras casas también lo vivimos de una manera muy especial. Te toca el corazón, se agradece mucho. 

P: La pandemia nos dejará también la incuestionable entrega de los profesionales sanitarios.

R: Totalmente, siempre se ha dicho que estas profesiones son vocacionales, pero es que esta vez se pone más de manifiesto esa vocación. El comportamiento de los profesionales es ejemplar, son verdaderos héroes, solo tengo palabras positivas porque la entrega con la que se han dedicado a superar esto, todos tenemos miedo, sin embargo hemos luchado y hemos intentado que bajo ningún concepto los pacientes se queden sin asistencia, que todo pueda continuar con una relativa normalidad. 

P: No debe ser fácil lidiar con la presión y el miedo de saberse en la primera línea de la lucha. 

R: Claro, es lo peor. Al final todos somos humanos, tenemos familias en casa, niños pequeños, nuestros padres son mayores, el miedo a contagiarnos y a contagiar a otros es algo con lo que ha habido que trabajar mucho. Pero se impone nuestra vocación por ayudar, cuidar y curar a los pacientes, eso ha sido muy superior al miedo y nos ha permitido seguir en la lucha.