Miguel Romero Bejarano es un joven pozoalbense que estos días pasea por la que será su próxima ciudad, Cádiz. En una ciudad cargada de historia, cuna de la constitución de 1812, afrontará años decisivos para su futuro porque será en la ‘tacita de plata’ donde lleve a cabo sus estudios universitarios. Lo hará con un expediente académico de bronce porque su nota definitiva para acceder a la Universidad se acerca a la perfección que marca el 14. Miguel Romero sumó un más que magnífico 13,935, la tercera mejor nota de la provincia, un premio añadido al poder cursar los estudios que ha elegido. 

No lo tenía fácil porque si algo tenía claro este joven pozoalbense es que deseaba cursar el doble grado en Estudios Franceses y Estudios Ingleses cuya nota de corte estuvo el curso 20/21 en un 12,3. Con esa nota en la cabeza, Miguel Romero comenzó en el IES Los Pedroches un curso decisivo para lograr su objetivo, un curso donde «he sentido bastante presión porque tenía claro que no podía relajarme para entrar. Había muy pocas plazas en el doble grado y quería conseguirlo porque era mi sueño». El joven destaca que «tienes la presión de que no se puede quedar nada atrás, es un curso con un ritmo más acelerado, cuando se pasa lo miras y te das cuenta de lo que ha costado». 

Es cierto que aquel 12,3 bajó algo, pero la nota de acceso seguía estando por encima del 12, sin embargo el esfuerzo y la capacidad del joven le permitieron sobrepasar con creces esa nota y formalizar ese sueño del que hablaba. «Siempre he querido ser maestro porque me gustaba la enseñanza, aunque no tenía claro de qué. En 1º tuve contacto con el francés y tuve claro que eso era lo que me gustaba», narra Miguel Redondo, que ve en ese conocimiento de los idiomas la posibilidad de «aprender de estos países, su cultura, es algo que te permite relacionarte con más gente, conocer otras culturas». Junto a eso valora la posibilidad de poder cursar sus estudios en una ciudad como Cádiz y aunque siempre tienes «un poco de incertidumbre por ver qué puede pasar, cómo va a ir», lo cierto es que tiene claro que ante sí tiene una oportunidad de crecimiento académico y personal. «Me va a permitir conocer otra ciudad, otro ambiente, otra gente y por eso también tengo mucha ilusión».

Un recorrido marcado por muchas personas

En esos paseos por Cádiz, el joven ha estado acompañado por unos «orgullosos» padres ante el gran trabajo realizado por su hijo. «La verdad es que siempre ha sido un buen estudiante, se ha ido superando poco a poco, y claro que estamos muy orgullosos de que haya conseguido la tercera mejor nota de la provincia», explica el padre del joven, Miguel Romero Ruiz. Y si el apoyo familiar ha sido fundamental en este camino, no lo ha sido menos el recibido por parte de quienes han sido parte indispensable de su formación, sus profesores.

«Diría que todos me han dejado huella, pero si tuviera que destacar a alguno nombraría a los que han estado en el último año. Le agradezco mucho a todos, pero especialmente a ellos, no hubiera sacado esta nota sin ellos, sin esa labor que han hecho para educarme e instruirme», indica Miguel Romero. Un último año de bachillerato donde el joven finalizó su ciclo de Humanidades, elección por la que optó ante su futuro más inmediato. Eso sí, ahora tiene claro que cualquier esfuerzo durante los últimos meses «ha merecido la pena».