Ni la la amenaza de lluvia ni la de tormenta pudo con la fiesta de los piostros de Pedroche, punto de partida de las fiestas en honor de la Virgen de Piedrasantas. La iglesia de El Salvador fue el punto de partida de una larga comitiva después de que los piostros de reunieran en el domicilio de la mayordoma Piedrasantas Ruiz y recogieran posteriormente a los también mayordomos Emilio Rubio y María García. 

El encuentro con la patrona marcó el inicio de una tarde, que minutos antes, fue congregando a centenares de vecinos a las puertas de sus casas y en los lugares claves del recorrido, adornados muchos de ellos con la imagen de la Virgen. La jornada en sábado influyó para que el número de personas que de trasladaron hasta Pedroche creciese con respecto a otros años. 

Hasta llegar a la ermita de la Virgen de Piedrasantas hubo tiempo para admirar los detalles de los piostros, de las mantas bordadas sobre las jamugas, de la devoción que se respira a una Virgen a la que se le demuestra el respeto antes de que entre en su ermita. Uno a uno, los caballistas desfilaron delante de la patrona, con el respeto propio que marca la devoción y en un paraje incomparable y bajo vítores de viva la Virgen de Piedrasantas y viva la reina del cielo. 

Mientras eso sucedía, hubo quien no quiso perder la tradición y llevó el recuento de animales que se dieron cita en la ermita de la Virgen de Piedrasantas. Y los que optaron por eso tuvieron que armarse de paciencia porque fueron muchas las personas que formaron parte de la comitiva de esta forma. 

En el lado negativo, hubo que anotar el incidente que implicó a una mujer que fue pisada por un caballo tras caerse del mismo. El accidente ocurrió antes del inicio de la fiesta y obligó al traslado de la mujer al Hospital de Pozoblanco.