El pleno del Ayuntamiento de Pozoblanco sacó hacia delante los dos puntos que iban incluidos en el orden del día y que precisaban del pronunciamiento de los diferentes concejales. De esta forma, se aprobó un plan director enfocado a definir, organizar y controlar la infraestructura verde en la localidad y también el proyecto de instalación de una planta de compostaje que viene derivada de las mejoras del contrato de mantenimiento y limpieza de jardines. 

Todos los grupos políticos pusieron en valor el documento sobre el que gira el plan director de arbolado urbano que ofrece un diagnóstico de la situación actual y también de las soluciones a plantear. Eso sí, dos de los grupos de la oposición -PSOE e IU- pidieron, además, que ese plan se articulase a través de una ordenanza que le diera capacidad para poder desarrollarse y no quedara sobre el papel. 

La segunda cuestión, y la última, en la que estuvieron de acuerdo los diferentes ediles fue en el proyecto de instalación de una planta de compostaje para tratar los residuos de la poda de árboles. Este proyecto viene de la mano de la empresa Talher, adjudicataria del servicio de mantenimiento y limpieza de jardines y que incluía como una de sus mejoras dicha planta de compostaje. 

Y ahí acabó la unanimidad y el buen tono del pleno porque luego, en el apartado de ruegos y preguntas, todo eso quedó a un lado cuando salió a relucir la demanda que ha llevado a los juzgados al Ayuntamiento y al primer edil, Santiago Cabello, y cuya sentencia se conoció ayer dando la razón y absolviendo, en primera instancia, al responsable político y al Consistorio. Hay que recordar que IU anunció que pediría la dimisión del alcalde en el caso de que fuera declarado culpable y ayer fue parte del equipo de gobierno la que pidió la dimisión del portavoz de IU, Miguel Calero, por entender que no había respetando la presunción de inocencia. Entre acusaciones de unos a otros se dirimió un cruce de declaraciones que dejó en un segundo plano a las cuestiones preguntadas por la oposición y que fueron, en gran medida, por donde siempre. 

Es decir, que se preguntó para cuándo llegaría la solución del aparcamiento del bulevar de la Avenida Villanueva de Córdoba, cuándo se abriría la piscina municipal, cuándo estarían los nuevos pliegos de limpieza o cuándo se aprobaría el presupuesto para 2023 o la pérdida de subvenciones por no ejecutar los proyectos en tiempo y forma. Cuestiones todas ellas que quedaron relegadas en el fragor de la batalla política.