El domingo de Pentecostés es sinónimo de despedida en Pozoblanco porque esa fecha marcada en el calendario litúrgico indica que ha llegado la hora de que la patrona de la localidad vuelva a su santuario de la Jara. Será por unas horas porque al día siguiente, como marca la tradición, será el pueblo de Villanueva de Córdoba el que acuda a ese escenario para que la virgen de Luna -patrona compartida- regrese a la localidad jarota. 

Y como cada domingo de Pentecostés la cofradía pozoalbense de la Virgen de Luna cumplió con todas sus tradiciones y rituales. En la medianoche el silencio fue roto por la llamada a los cofrades, que a las seis de la mañana ya estaban preparados para los actos de despedida. Después tocó parada en el Ayuntamiento para la retirada del bastón de alcaldesa perpetua y encaminarse hacia el Arroyo Hondo, lugar de la despedida oficial de Pozoblanco. 

En esa ubicación comienza el camino hacia el santuario y la patrona fue porteada hasta allí a hombros de decenas de porteadores, al igual que estuvo acompañada por quienes emprendieron los aproximadamente doce kilómetros que separan Pozoblanco del santuario de la Jara. Los romeros hicieron la parada obligada en el pozo La Legua con las viandas ofrecidas por el Ayuntamiento y de ahí hasta el final para cumplir con un camino que muchos hacen por devoción, otros por compartir momentos, otros por algunas promesas y otros porque así lo marca la tradición.

El buen tiempo fue aprovechado por un gran número de personas que quisieron disfrutar de la romería de llevada de la Virgen de Luna. La llegada al santuario de la patrona marcó el inicio de una emotiva eucaristía de despedida y, luego, la cofradía realizó la tradicional procesión alrededor del santuario. Fue entonces cuando la ciudadanía pozoalbense aprovechó para despedirse de la Virgen de Luna, que mañana emprenderá el camino hacia la parroquia de San Miguel de Villanueva de Córdoba y que tardará meses hasta volver a su santuario primero y, luego, otra vez a Pozoblanco.

La romería se desarrolló sin incidentes reseñables y con una cofradía al frente que volvió a dar fe de todos y cada uno de los rituales aparejados a la romería de llevada de la Virgen de Luna. Lo hizo en otro domingo de Pentecostés más.