La cofradía de la Virgen de Luna cumplió con la Romería de llevada de la patrona de Pozoblanco, que ya espera al pueblo de Villanueva de Córdoba en su santuario. La lluvia dio una tregua durante el camino y los actos programados por una cofradía que estuvo arropada por menos gente de lo habitual ya que las probabilidades de lluvia fueron un hándicap para acercarse hasta el santuario, amén de la jornada electoral. 

La patrona de Pozoblanco llegó a su santuario tras un camino donde los porteadores fueron marcando el ritmo y una vez allí comenzó la eucaristía, como marca la tradición. Cuando los actos se dieron por concluidos fue cuando la lluvia, que parecía estar esperando, hizo acto de presencia. 

Lo que sí varió fue la vuelta de los hermanos de la cofradía ya que se dirigieron directamente a la parroquia de Santa Catalina  sin realizar las paradas habituales por lo que las descargas, este año, se vieron reducidas. Una vez en la parroquia, se informó al párroco de que la «misión» se había cumplido y, posteriormente, se acompañó al capitán y al abanderado. Pozoblanco despidió, así, a su patrona.