Cuando leas esto estarás, seguramente, derrotada pero sé que te mantienes entera. Lo sé porque te conozco. Recuerdo cuando todo iba mal o fatal o peor y salías adelante. Recuerdo cuando hace poco menos de un año casi no te creías lo que estaba pasando. Era algo surrealista, pero era. Recuerdo verte dando ejemplo sin aplaudirte, sin aplaudir. Natural que eres tú. También recuerdo que te reías de esta situación, como haces siempre de todo lo anormal; porque la risa es el pegamento de la vida de los pobres. Y sin embargo somos ricos, sabes de sobra lo que te digo: el amor, al fin.

Este año pasado nos ha traído todas las desgracias posibles: muerte, enfemedad, estafa y mal hablar; pero tú siempre hablas bien, no tienes una mala palabra ni para quien se la merece y tú sabes que eso te hace mejor. No «mejor», mejor. Mejor porque en la falta. empatizas; porque te callas ante los imbéciles y te ríes – sin reírte –  de los listos. Otra vez el amor.

Sé, porque lo sé, que estás rota aunque estés entera; y sé que siempre estarás entera porque siempre has estado entera ante todo. Y ahora no va a ser distinto. Tú puedes, y puedes porque aunque rota por dentro no vas a permitir que ninguno de los tuyos se rompa. Los vas a cuidar. Hasta me das envidia. Fíjate que idiotez. Sin embargo, la mayoría no podríamos; pero tú sí.

Te he visto hacer de todo. Estudiar, trabajar, cuidar, bailar, reir y fumar y beber. Y si algo te falta hoy, y tú lo sabes, volverá y lo que nunca estuvo, llegará. Y llegará, no porque te lo merezcas sino porque es natural en ti y en tu ser. Piensas despacio, no te aceleras y no lo haces por ti porque tú lo tienes claro. Los demás vamos a dudar mucho y nos calmará tu quietud y tu estar, tu estar de madre, porque eres madre. Igual que todas las mujeres, igual que tu madre.

La nostalgia es echarse menos de menos a uno mismo cuando era feliz y no otra cosa. No la tengas. Todo sale, todo se acaba y todo llega. Y llegará. Cuando leas esto y te estés poniendo guapa, pintándote los labios, arreglándote el pelo y elegiendo vestido antes de ponerte tus tacones estarás pensando que se puede: porque se puede: porque siempre se puede. Porque puedes, mujer.