Hace un tres o cuatro de días Julia López, directora de éste periódico, dijo en el programa Los Pedroches de mi corazón, un magazine divertidísimo, dirigido por Manolo Marín, que va entre lo informativo y el papel cuché de la comarca, que una persona le había pedido escribir en su periódico, pero con seudónimo. Decía, aproximadamente, que: qué triste es que una persona no se atreva, por las repercusiones y problemas que pueda tener, a expresarse con libertad sobre los temas que le circundan.

Entiendo, pero no comparto, que esa persona diga eso. Entiendo pero no comparto que esa persona en relación a sus circunstancias personales no se quiera complicar la vida. Lo entiendo pero no comparto que ocurra. Hay que ser valiente. Mis abuelos y abuelas siempre me decían aquello de: “niño no te señales”. Esto lo decían los niños de la guerra y los niños y las niñas de la posguerra porque en este país pasó lo que pasó durante cuarenta años y hasta la democracia ser contrario al statu quo era tu muerte social o no solo social.

Sin duda esto no es lo que ocurre hoy cuando decides señalarte, pero en contextos pequeños y de poso conservador (40 años son muchos años), como los de nuestros pueblos, señalarse puede complicarte la vida, y esto no es agradable para nadie. La inquisición de la vecina. Y jode y da por culo.

La cosa es que esto de señalarse a mí me da bastante igual y por eso me puedo permitir decir lo que voy a decir en esta columna que hoy no habla ni de la vida ni del amor, que es de lo que hay que hablar siempre pero a veces no se puede. Hasta aquí el Recto.

El Verso. Y a lo que voy y la evidencia: el agua del embalse de La Colada está contaminada. Y la contaminación proviene de los purines (mierda de las vacas y de los cerdos) arrojados a los distintos afluentes que acaban en el embalse procedentes de las distintas granjas y explotaciones ganaderas, sobre todo macro; que no cumplen con la normativa europea de la gestión de estos residuos y de las depuradoras de Pozoblanco, de Añora-Dos Torres, de El Viso-Villaralto y de Alcaracejos. Y no hay más. Y la responsable última es la Junta de Andalucía desde hace más de 20 años que es quien tiene las competencias.

Agua hay, sin duda, pero está contaminada. Y la solución es potabilizarla y para potabilizarla hay que, ¡oh, sorpresa!, gastarse el dinero: y el dinero se lo tiene que gastar la Junta de Andalucía que hoy gobierna el PP desde hace dos legislaturas. Tampoco le quito su parte al PSOE que hoy por hoy se pone de perfil y la actitud de algunos de sus alcaldes en Los Pedroches y el Guadiato es vergonzosa. También digo que los amigos del campo, VOX, y los liberalocentristas estupendos de la muerte de Ciudadanos estuvieron en esos gobiernos o los apoyaron. Y tampoco hicieron nada. Habrá quien me diga que Izquierda Unida (que por cierto es la única organización política que lleva denunciando la contaminación desde hace varios años y lo pelea casi todas las semanas y hasta tiene el tema en el Parlamento Europeo, mientras el resto mira al cielo) estuvo en el gobierno de Susana Díaz hace 11 años y que duró un par de años tampoco hizo nada: la cosa es que para muchos de esos gobiernos el problema de que por los grifos de Los Pedroches y el Guadiato saliera agua contaminada no existía; y la cosa es que para el gobierno de mayoría absoluta de PP en la Junta sí existe. Y lo niega. Y no pone solución. O su solución es esperar a que llueva o rezar. Y ya está bien.

Mientras escribo esto se ha cancelado la segunda manifestación convocada en Córdoba capital para reclamar éste derecho básico. Y ésto ha pasado dos veces porque la ciudadanía no está movilizada y no está movilizada porque no se están diciendo las cosas claras y los gobiernos del PP de la Diputación de Córdoba y de la Junta de Andalucía se ocupan de hablar de soluciones al largo plazo, de esperar a que llueva y de no reconocer ni parar la contaminación del agua del embalse. Y por eso subvierten las convocatorias de las manifestaciones, proponiendo la conexión con Puente Nuevo, 3 años de obra; y haciendo entrar en ellas al PSOE que a última hora, es estas dos ocasiones, se acaba desmarcando saliendo por la tangente porque tampoco se atreven a decir las cosas claras.

Me señalo. Hay que parar la contaminación. Hay que potabilizar el agua del embalse de La Colada con la tecnología que sea necesaria y para ello hay que meter el dinero que sea necesario (porque dinero hay, no se olviden nuca de esto) y el dinero lo tienen que poner los responsables de ésta gestión que son los dirigentes de la Junta de Andalucía cuyo responsable máximo es Juan Manuel Moreno.

Y me vuelvo a señalar: hay que convocar una manifestación en la que la sociedad civil sea protagonista y en la que se reclame parar la contaminación y financiar, con el dinero que sea necesario, la potabilización del agua antes de la próxima primavera. Y todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de Los Pedroches y del Guadiato lo tienen que hacer: tienen que señalarse.