Cerramos el balance del mandato por parte de los portavoces de la oposición con el de Rosario Rossi, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Pozoblanco. Otra de las personas que deja la política de primera línea después de haber irrumpido en la misma en 2015 con Pozoblanco en Positivo y haber sido la candidata socialista cuatro años después. A la espera del balance del equipo de gobierno, la oposición sigue detectando los mismos problemas y Rossi pide directamente decir adiós al «cortoplacismo» y diseñar un plan de ciudad para Pozoblanco. 

 

Pregunta: ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor del mandato?

Respuesta: Lo mejor me cuesta mucho, sinceramente. ¿Lo peor? Pues que evidentemente ha sido un mandato fallido y perdido porque no se han logrado los objetivos que había previstos ni ha habido un clima que haya contribuido a que las cosas pudieran fluir de cierta manera. Ha habido un ambiente enrarecido, tenso y encima no ha prosperado nada. 

P: ¿Qué esperaba de la mayoría absoluta del PP?

R: Una mayoría absoluta te da mucho margen de maniobra, cierta expectativa de que si se lo proponían podían llevar muchas cosas a cabo sin culpar a nadie, pues ni lo han hecho y han culpado a todo el mundo. Una mayoría absoluta es muy complicada de conseguir, se antojaba casi imposible con lo visto en los últimos años. Desde luego no han cumplido, cuando un pueblo te da una mayoría absoluta te da una confianza en tu proyecto y sino lo haces estás fallando al pueblo. 

P: Me hablaba de un ambiente enrarecido, ¿por qué? Teniendo esa mayoría absoluta todo hubiera podido fluir 

R: Creo que viene de no haber sabido entender esa mayoría absoluta, la confianza no es un cheque en blanco y mucho menos que puedas tratar a quien no te apoya como te viene en gana. Hay unos valores democráticos, diría que de simple educación, que no se deben transgredir y muchos menos cuando estás ocupando un cargo público. Creo que ese ambiente ha venido por no saber interpretar esa mayoría absoluta, no han tratado bien a la oposición ni siquiera a los trabajadores. 

P: Le hice esta pregunta también a su compañero Pedro García. Focalizan todas las críticas en el alcalde, pero fueron compañeros de viaje cuatro años. ¿Se dieron las mismas circunstancias o similares que señalan ahora?

R: Yo dimití y me fui a otro partido para presentarme como alcaldesa porque no me gustaba ese proyecto, lo que quiere decir que algo sabíamos de su forma de trabajar. Había una diferencia entonces, el PP necesitaba al resto del equipo de gobierno y el resto de componentes del PP tenían una actitud proactiva. Evidentemente, había cosas que no nos gustaban y fue el motivo de que nadie quisiera ir a su lado.

P: Una de las cosas que no entiendo de esa mayoría absoluta es que, por ejemplo, no haya Juntas de Gobierno Local. ¿Qué le dice a usted eso?

R: Me parece una locura porque, independientemente de las competencias que tenga la alcaldía, gobernar a base de decreto te dice como mínimo que equipo hay poco y escasa voluntad de que lo haya. Un Ayuntamiento como el de Pozoblanco que gestiona 16 millones de euros no se puede sostener a base de decretos, más allá de las cuestiones legales hay una cuestión operativa. Eso se traduce en que no se está delegando y que alguien está gobernando solo y eso es contraproducente para el pueblo. 

P: Señalan todos esa falta de confianza como una hándicap importante para el desarrollo del mandato. 

R: Yo no diría solo de sus concejales, sino de cualquier persona. Evidentemente, en su equipo no ha confiado, tampoco en los trabajadores municipales, ni en la oposición. Es algo que ha influido en la falta de gestión que creo que ha lastrado mucho todo lo que ha pasado en Pozoblanco. Creo, además, que nos olvidamos de algo, cuando te dan una mayoría absoluta de diez concejales no se la dan a una persona, se la dan a esos diez concejales. Creo que también hay un punto de gratitud a quien trabaja contigo y quien te ha puesto ahí, te han puesto los votos, pero también los de esos concejales. 

P: Me cuesta recordar, a excepción de las protestas de la Policía Local, un mandato con tantas protestas por parte de los trabajadores municipales. ¿Es complicado trabajar con ellos? ¿Algo de razón lleva el equipo de gobierno?

R: Yo tengo una relación que me llevó a despedirme despacho por despacho y recibí cariño. Creo que se puede discrepar, se pueden tener diferentes opiniones como en cualquier trabajo pero de ahí a establecer una batalla de injerencias, de tratar de culpar a los trabajadores de todo, eso no es sostenible. Mi experiencia es esa, yo no sé a quién vota cada trabajador ni me interesa, pero el trato recíproco revela que la despedida fuera la que fue hace unos días. También hay que saber irse de los sitios. 

P: ¿Algo bueno tendrá este equipo de gobierno?

R: Es que como equipo no, te puedo hablar de actitudes personales. Me ha gustado la actitud de Eduardo, Juan Bautista es muy educado conmigo, Lola es una mujer encantadora y trabajadora, pero poco más puedo decir como equipo. 

P: Más allá de los grandes proyectos, hay cuestiones que se han quedado ahí en el tintero como el camping municipal. ¿Qué pasa con ciertos proyectos en Pozoblanco?

R: Cuando se gobierna pensando en una campaña electoral permanente te olvidas de los servicios más elementales. Hace cuatro años el pueblo se llenó de flores, la máquina limpiando dos o tres veces el pueblo, era todo excesivo. Ya ni siquiera eso, ya se trata de regalar macetas, invitar a comidas, repartir dulces personalmente en las residencias, al final se han olvidado de lo más elemental, no han gobernando para ellos mismos, sino para él mismo. 

P: Y ahora vendrán todos los partidos a decirnos lo mismo conociendo, en palabras del alcalde, que no hay dinero. ¿Qué nos creemos esta campaña?

R: Hoy no hay dinero para todo, pero crear un proyecto de ciudad implica crear un Plan Plurianual, algo que vaya más allá de cuatro años. El problema es que si gobiernas para aguantar el sillón no estás pensando en tu ciudad, piensas en ti. A Pozoblanco le hace falta un plan de ciudad que vaya más allá de los intereses particulares de un alcalde. Claro que no hay dinero para todo, pero habrá que empezar por guardar, por buscar en otras administraciones, hay que buscar financiación. Europa ha dado mucho dinero para los municipios, se ha establecido un plan de gestión para municipios y a Pozoblanco no ha llegado.

P: ¿Se ha concurrido a esas ayudas?

R: A muchas no, pero si luego tenemos la experiencia de que cuando concurrimos no se gestionan en tiempo y forma y hay que devolver esas subvenciones. Creo que se trata de diseñar un plan de ciudad que vaya a más de cuatro años y eso está muy por encima de los intereses electorales. 

P: Ahora ya que ha pasado el tiempo, ¿se arrepiente de haberse presentado como candidata del PSOE?

R: No, me presenté con la convicción de dar una alternativa para Pozoblanco. Quedaba muy poco tiempo para las elecciones, no iba a seguir en política, pero di el paso convencida. Sí es verdad que he vivido dos etapas muy distintas, una de disfrutar del servicio público, incluso con la oposición. Esa corporación nos miramos todos a la cara con cariño, y otra etapa de desprecio más absoluto al servicio público, no haberlo ejercido como nos hubiera gustado. 

P: Le podrán decir que la diferencia esté en gobernar o no gobernar. 

R: No tiene nada que ver, veo a gente que estaba en aquella corporación y nos tenemos afecto, nos tratamos bien. Evidentemente, todo el que se presenta a unas elecciones quiere gobernar, pero hay que entender el servicio público por encima, trabajar con los demás. Mira, al principio del mandato una concejala me dijo, eso va a ser de lo poco en lo que vamos a estar de acuerdo. Me ofendí y le respondí que se equivocaba, que probablemente estaríamos de acuerdo en casi todo, a excepción de en un uno por ciento que es lo que nos diferencia y muchas veces eso se reduce a las formas y a las ganas de escuchar a los demás. 

P: ¿Y eso se cumplió?

R: Vamos a esperarnos a ver los programas electorales, pero es fácil estar de acuerdo. En las últimas elecciones los programas electorales fueron iguales en un 99 por ciento, difieren las formas. 

P: ¿Qué autocrítica hace de la oposición ejercida por el PSOE?

R: El no haber tenido margen, no habernos dado opción se nos podría pedir algo más, hemos estado muy invisibilizados por los medios de comunicación. Y probablemente mi parte de crítica es haber claudicado con esa invisibilización, es cómo nos han tratado más allá de la política. 

P: Me lo dicen todos, tienen la misma queja, pero ¿por qué no hablan claro?

R: Cualquiera que conozca los medios locales sabe que cuando gobiernas tienes más acceso, pero hay que ver cómo se trata al resto de grupos y yo me he sentido invisibilizada de una manera descarada. 

P: ¿Qué espera de la campaña?

R: Espero una campaña que sea una campaña bonita y constructiva, que no caigamos en el barro político porque Pozoblanco no lo merece. Espero que todos los partidos, salvo uno, hagan sus propuestas y muestren sus cartas, y en cambio el PP, a la vista está, que siendo el partido de gobierno está más escondido porque no se puede vender propuestas sin vender gestión. Y eso es lo que estoy viendo ahora mismo. 

P: ¿Cree que la política ha sido justa con usted?

R: Es verdad que me he sentido más valorada en mi carrera profesional, pero los condicionantes los desconozco. Sé que ha habido personas que han sido muy beligerantes conmigo sin conocerme, han puesto en duda mi capacidad profesional y he vivido situaciones desagradables. También se me ha exigido más que a ningún candidato tanto en lo personal como en lo profesional, he tenido que demostrar continuamente mi valía, con el resto no he tenido esa sensación.