Cientos de personas han disfrutado hoy de la Fiesta de la Matanza en las calles y plazas de Alcaracejos. En torno al ritual del sacrificio, despiezado y aliñado de las carnes del cerdo ibérico, el Ayuntamiento de la localidad ha organizado un programa cargado de alicientes que han ido de la tradición al conocimiento de la dehesa en plena montanera pasando por el mercado de productos típicos de la comarca de Los Pedroches. A partir de las 11:30 horas, ha comenzado el descuartizado del animal por varios expertos matarifes que han ido sacando de forma progresiva todas las piezas del animal, desde las mantas de tocino y de grasa hasta las partes más nobles y apreciadas como los lomos, los solomillos o los jamones. Buena parte  de la carne extraída se ha picado para hacer la demostración de elaboración de embutidos: chorizo, salchichón y morcillas. Esta labor corresponde a otro grupo de personas comandado por las matanceras, que son herederas de una tradición que pasa de generación en generación y que podría perderse de no ser por este tipo de celebraciones, que al menos enseñan una forma de entender la vida muy alejada de los usos y costumbres actuales, según comentan varias personas en torno a una fuente de carne picada y aliñada. 

El entorno de la Iglesia de San Andrés, el Museo de la Matanza y las calles aledañas han sido el escenario de todo el proceso matancero y de las actividades paralelas a la fiesta. Precisamente en el Museo de la Matanza se ha desarrollado uno de los momentos estrella de la jornada, centrado en una demostración de cocina a cargo del cocinero Carlos  Fernández, propietario del restaurante Kàran Bistró, de Pozoblanco. Precisamente, las elaboraciones de Fernández han sido un homenaje a la matanza y al cerdo ibérico con una versión actualizada y vanguardia. Sus tres elaboraciones han consistido en tres tapas: corneto de falso helado de asadurillas y vino de pitarra; croqueta de morcilla lustre con mahonesa de soja picante y flores del entorno y tosta de semillas con presa de ibérico de bellota marinada y queso de cabra.

Algunos de los asistentes a esta demostración ya habían conocido de primera mano la procedencia del cerdo ibérico: la dehesa, donde se ultima en este mes y en el que viene la montanera o proceso de engorde del cerdo a base de bellotas y de pastos naturales. Tanto en las degustaciones, que han comenzado después del proceso de despiezado y de aliñado como en los puestos de productos típicos, se ha podido degustar lo mejor de la gastronomía de una comarca en la que el cerdo ibérico es santo y seña. Y más allá del cerdo ibérico, otras muestras culinarias de temporada como las aceitunas aliñadas, que ha sido ganado por Antonio Gálvez, vecino de Alcaracejos.

En concreto, los visitantes han probado los torreznitos, las tajaíllas de chorizo y de morcilla, las pajarillas de hígado y solo de migas y de cocido se han vendido más de 1.000 raciones. Colectivos, empresas de la localidad, vecinos y Ayuntamiento han sido los encargados de hacer realidad un evento que ha sido un éxito gracias a que la climatología ha sido muy  favorable y al mediodía ha contado con un sol radiante. 

Con la plaza de la iglesia llena, las actuaciones del Grupo de Danza Los Jarales y del Grupo Alcaría han puesto en escena bailes y jotas tradicionales de la Sierra y Los Pedroches. El fin de fiesta, a cargo del Grupo Covers FM y del Dj Ramón Gueto, ha comenzado ya entrada la tarde. 

Y una de las novedades de este año es que durante la mañana, a partir de las 10:00, los integrantes del grupo Urban Scketches han dibujado distintas escenas de la fiesta en los enclaves del casco urbano donde se desarrollan. Comenzaron a las 10:00 y han expuesto sus trabajos a partir de las 13:00 en el Patio del Museo.