365 días con sus días y sus noches, ese es el tiempo que llevan las comarcas de Los Pedroches y el Guadiato sin agua potable. Fue el 17 de abril de 2023 cuando la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía determinó que el agua no era apta para el consumo humano. Las indicaciones fueron claras, no se podía beber ni utilizar para cocinar, aunque sí era apta para la higiene. El color -amarillento- y el sabor del agua hacía indicar que algo no andaba bien y antes de que esa noticia se hiciera pública las imágenes de estanterías vacías en los supermercados volvieron a llegar a ambas comarcas, en esta ocasión, en las zonas de garrafas de agua. 

Hace 365 días la ciudadanía de Los Pedroches y el Guadiato se familiarizó con un parámetro, el Carbono Orgánico Total (COT), que fue el que provocó que el agua de La Colada fuera declarada como no apta para el consumo humano. Pero no ha sido con lo único a lo que se ha acostumbrado la ciudadanía de ambas comarcas en estos doce meses: se ha hecho a las  cisternas que se instalaron en las plazas de los pueblos para poder tener agua potable, con las colas en los primeros días y con la más absoluta normalidad a partir del primer impacto; con los plazos, casi todos incumplidos; con las manifestaciones de la mano de una plataforma ‘Unidos por el agua’ que ha liderado, no sin polémica, las peticiones de agua potable. La solución es cercana, esta misma semana indicó el presidente de la Diputación, Salvador Fuentes, pero lo es porque ha llovido lo suficiente para que Sierra Boyera esté casi al 70 por ciento de su capacidad.

En estos 365 días, los negocios se han tenido que ir adaptando con un caos al principio considerable, especialmente, los más afectados como los del sector agroalimentario donde hubo que hacer cambios y ajustar los procesos a las necesidades. 

Nos lo cuenta Israel García, CEO en Supramar, una empresa dedicada a la venta de pescado y marisco. “El principio fue un drama común para todos, tuvimos que comprar un palet de agua mineral embotellada para poder trabajar a las horas establecidas ya que el agua del grifo no se podría introducir en el proceso de producción”, narra. Una situación que es común a multitud de empresarios que han tenido que introducir en sus gastos de producción la compra del agua y en la distribución de los tiempos el tener que ir a por agua a las cisternas.

“Nosotros llevábamos en la furgoneta las garrafas para llenarlas en los puntos donde estaban las cisternas, a veces nos decían que nos fuéramos a otro punto porque colapsábamos”, cuenta García. Esos tiempos se notaron más en momentos de venta importante como en Navidad, aunque ahora parece que van a dejarse atrás por lo que el empresario espera que “ya venga la determinación de que el agua es potable, también por comodidad, no es lo mismo el proceso pudiendo utilizar el agua del grifo que si no la podemos utilizar”.

Si las empresas están pendientes de esa determinación, también lo está la ciudadanía entre los que hay opiniones de todo. Hay personas que no dudan en asegurar que “volveré a utilizar el agua para todo cuando digan que es potable”, pero esa confianza no es extensible. María García es madre de dos pequeños, uno de ellos nació en noviembre y todavía no lo ha bañado con agua del grifo. “Utilizo el agua de las garrafas y voy a seguir haciéndolo, al menos durante un tiempo”, explica.  

Movimiento ciudadano

Más allá del día a día, este problema también será recordado por la aparición de ‘Unidos por el agua’, único colectivo capaz de mover a la ciudadanía -con mayor o menor aceptación- porque los intentos políticos quedaron en eso. Tampoco hay que olvidar que cuatro de sus miembros se pusieron en una huelga de hambre que removió conciencias y que provocó que la ciudadanía acudiera masivamente a una de las manifestaciones convocadas en Pozoblanco. Fue en el mes de diciembre. 

Reuniones, promesas, tiempos y ¿al final? La lluvia ha venido a solucionar un problema ante el que hay otra promesa, el trabajo y las actuaciones de cara al futuro para que esto no vuelva a ocurrir, es decir, para que el agua que abastece a ambas comarcas se pueda potabilizar en caso de ser necesario. De momento, ‘Unidos por el agua’ sigue con su ruta y hoy mismo ha vuelto a convocar concentraciones en diferentes municipios (20:30 horas) para recordarle al mundo que en Los Pedroches y el Guadiato se ha vivido una precaria situación agravada con la dosis de olvido que parece siempre sacudir a esta tierra.