Villanueva de Córdoba y la ciudad de Rubí (Barcelona) han cerrado un acuerdo de hermanamiento que llevaba fraguándose en firme un par de años y que tiene como objetivo estrechar lazos y desarrollar experiencias conjuntas para el enriquecimiento de las personas que habitan en ambos municipios. Las alcaldesas de las dos localidades, Dolores Sánchez y Ana María Martínez , respectivamente rubricaron el documento de intenciones en un acto sencillo y con el aforo muy limitado debido a las restricciones motivadas por la pandemia. El primer teniente de alcalde, Gabriel Duque, fue el encargado de realizar la exposición de motivos y a continuación las dos alcaldesas procedieron a firmar.

La voluntad de hermanamiento de ambas localidades es uno de los objetivos desde hace algunos años, ya que son muchos los jarotes que emigraron en las décadas de los 60 y los 70 a esta ciudad catalana del Vallès Occidental. El documento cita textualmente que Rubí fue ciudad de acogida para muchas personas llegadas de diferentes puntos de España, entre ellos Villanueva de Córdoba. “Los vínculos de confraternidad y las coincidencias culturales, en materia de entidades y celebraciones religiosas que existen entre los municipios son el origen y causa del hermanamiento”, explica el texto. En el mismo, se da cuenta de la importancia que ha tenido la celebración de la romería de la Virgen de Luna en Rubí, donde se ha institucionalizado una hermandad que en 2019 celebró el 50 aniversario de esta fiesta religiosa impulsada por jarotes residentes en Cataluña.

Las alcaldesas coincidieron en que no se podía demorar más este acuerdo después de la buena sintonía que existe entre ambos ayuntamientos y, pese a la pandemia, decidieron celebrar este acto para substanciar el primer paso oficial con la perspectiva de organizar encuentros cruzados de vecinos de ambos municipios en cuanto sea posible. De este modo, Ana María Martínez destacó “la voluntad de encuentro y de incrementar las relaciones sociales que potencien el conocimiento recíproco de los habitantes de ambos municipios”. Dolores Sánchez abundó en la idea de que este hermanamiento “nos hace sentirnos más cerca de aquellos jarotes que tuvieron que marchar a Cataluña y nos marca un referente como la celebración de la Virgen de Luna en aquellas tierras, algo que aparte de un símbolo de devoción es una forma de mantener vivas las raíces”. Sánchez reiteró que ese sencillo acto era el comienzo de un hermanamiento que tendrá actividades regularmente una vez se superen las dificultades actuales.