El Ayuntamiento de Pozoblanco ha concluido la primera ronda del Plan Estratégico participativo ‘Pozoblanco 2022′ después de la celebración de seis mesas que han aglutinado a representantes de diferentes sectores y que iban encaminadas a testar la opinión de la sociedad civil pozoalbense de cara a conseguir un gobierno abierto e incluso unos presupuestos participativos. Se trata de un «avance» en la línea del plan de transparencia que el equipo de gobierno puso en funcionamiento en septiembre de 2015. Esta es la teoría porque la práctica deja muchos cabos sueltos que invitan a ser analizados. De las seis mesas celebradas tuve la oportunidad de estar en dos, la dedicada a la cultura, el turismo y la comunicación, y la que se centró en deporte y salud. Ambas se desarrollaron de igual manera, por lo que entiendo que las cuatro restantes no distaron mucho, más allá de las debilidades y/o amenazas expuestas para el territorio y para cada sector y las propuestas que se pusieron sobre la mesa.

Vamos al lío. El primer dato aportado hizo referencia a la encuesta que durante unos veinte días pudo ser contestada por los pozoalbenses. Una encuesta que podía ser contestada de manera online o a través de los cuestionarios que desde el Consistorio se enviaron a los domicilios pozoalbenses. Pues bien, la bienvenida se centró en dar pinceladas sobra una encuesta ante la que respondieron «bastantes personas», sin que se especificara el número que corresponde a ese bastante. Sí se dijo en otras mesas con anterioridad y la cifra fue de 280. De la contestación de 280 personas -dato que se obvió en algunas mesas, vuelvo a reiterarlo- se indicó que la gente está contenta con vivir en Pozoblanco, que la labor del alcalde está muy bien valorada y no tanta la de la oposición. Ahí queda, el Plan Estratégico empezó con unas dosis claras de propaganda. ¿Alguien puede decir que 280 encuestas es un muestreo representativo para sacar datos concluyentes de lo que piensan los pozoalbenses?

Siguiendo con la celebración de las mesas tocó analizar las debilidades de cada sector y las propuestas que los ciudadanos encuentran para corregir esas amenazas. Según la información oficial el número de propuestas que se sacó de las seis mesas fue de 500, una cifra que invita a pensar que el futuro de Pozoblanco está resuelto. Pero paremos, que hay letra pequeña. No dudo que se propusieran ideas que pueden ser beneficiosas para el modelo de ciudad que se quiere en un futuro, pero vamos que para muchos las debilidades y las propuestas pasan por un local para tal asociación, un aumento en la subvención, que haya hoteles en Pozoblanco o que se mejoren las comunicaciones. ¿Algo nuevo? Seguro que hubo quien habló de legalización de polígonos industriales, de abaratamiento y facilidades para acceder al suelo industrial, de la necesidad de mejorar nuestras carreteras, de la falta de optimización de muchos de los recursos que tenemos, etc. Vuelvo a lanzar la misma pregunta, ¿algo nuevo?

Muchos de los grupos políticos -diría que cuatro de cinco- con representación hoy en el Ayuntamiento de Pozoblanco «vendieron» durante la campaña electoral que muchos de los apartados de sus programas electorales se hicieron a través de reuniones con colectivos, que por aquel entonces no llamaron reuniones sectoriales pero que vienen a ser prácticamente lo mismo, ¿entonces?. Los gestores actuales del Consistorio pozoalbense andan sumergidos en una dinámica que habla de gobierno abierto, de transparencia y de participación. La participación, de momento, en lo que va de encuestas no le sale muy bien y ante esos hechos que hablan de escasa participación -recordemos la encuesta del Mercado- caben dos lecturas: o la ciudadanía pasa o se le deja el peso a quienes gobiernan. Si cogemos la última lectura, el equipo de gobierno no debería perder mucho más tiempo en solventar y llevar a cabo algunas de las propuestas que ellos mismos han vendido porque lo efectista sin efectividad se convierte en humo.

Dos últimos datos, decía el alcalde, Emiliano Pozuelo, que gracias a estas mesas la ciudadanía ha tenido perspectiva de ciudad porque hasta ahora cada uno había mirado para su sector. Ante esa afirmación, y vuelvo a dejar claro que participé en dos de las seis mesas, está claro que las cuatro restantes fueron una maravilla o simplemente cada uno pinta la realidad como quiere. El último apunte, Pozuelo indicó que el horizonte de 2022 se estableció, en parte, para poder comprometer a todos los actores y que dada la implicación en la próxima legislatura nadie viniera a cargarse lo avanzado. Me queda una duda, si esa es su pretensión debería haber establecido vías de consenso para buscar la implicación y el compromiso de al menos todos los grupos políticos, igual hasta incluido con el que hoy gobierna. En algunas ocasiones, al ser preguntado por estas cuestiones en sesiones plenarias, el alcalde de Pozoblanco pide siempre paciencia, pues de eso tiremos, de paciencia.