Por Servicio de Atención a la Ciudadanía 

La intolerancia a la lactosa ocurre cuando nuestro organismo no es capaz de digerir la lactosa, un azúcar presente en la leche y los lácteos en general. Esto no se debe confundir con una alergia a la leche.

La lactosa se digiere gracias a una enzima llamada lactasa, producida en el intestino delgado. Las personas con intolerancia a la lactosa producen menos cantidad de esta enzima. Al no ser capaces de digerir la lactosa, ésta llega al colón y puede provocar uno o varios de los siguientes síntomas:

  • Gas y flatulencia
  • Dolor abdominal
  • Náuseas
  • Diarrea

 

Estos se presentan entre media hora y tres horas después de haber ingerido alimento con lactosa.

Existen otras enfermedades que pueden tener los mismos síntomas, por lo que es fundamental que consulte con un/a médico/a y sea éste/a quien le diagnostique.

La severidad de los síntomas va a depender de la capacidad del intestino de producir lactasa. Hay algunas personas que pueden tomar una pequeña cantidad de lácteos sin presentar molestias y otras personas que con una mínima cantidad tienen síntomas.

La intolerancia a la lactosa puede aparecer después de una gastroenteritis o después de haber evitado alimentos con lactosa durante mucho tiempo. En estos casos debemos reintroducir los alimentos que contienen lactosa poco a poco, es decir:

  • Comenzar con aquellos lácteos que contienen menos lactosa, como el yogur y los quesos curados
  • Introducir los alimentos junto con otras comidas
  • No tomar más de una pequeña cantidad de lácteos al día

 

No existen tratamientos para la intolerancia a la lactosa. Lo único que se puede hacer es evitar los alimentos que contengan lactosa, como:

  • Leche de todo tipo entera, semidesnatada, desnatada, en polvo, condensada y evaporada
  • Yogur
  • Galletas y bollería industrial (leer las etiquetas)
  • Postres comerciales (natillas, cremas, flanes, mousse, etc.)
  • Salsas (leer las etiquetas o preguntar los ingredientes)
  • Comidas preparadas
  • Helados
  • Natas
  • Mantequilla
  • Quesos frescos

 

Hay personas que son capaces de comer yogur y quesos maduros sin presentar molestias. Para comprobar si usted lo puede tolerar introdúzcalos poco a poco y en pequeñas cantidades. También puede intentarlo con leche y yogures bajo en lactosa.

Los lácteos son la forma más común de obtener calcio. Sin embargo, hay otros alimentos que contienen cantidades importantes de este mineral, como son:

  • Sardinas, sardinillas y pescados pequeños que se comen con espinas
  • Brócoli
  • Tofu
  • Acelgas y espinacas
  • Almendras
  • Legumbres, en especial las alubias