Dos Torres adquirió en el día de ayer un color especial, el que le otorga la festividad de San Roque. Las alfombras de sal que se realizan en honor del patrón del municipio volvieron a ser claves para que ese colorido inundase Dos Torres, que en sus días de feria hizo un paréntesis para honrar a San Roque. Y lo hizo desde muy temprano porque fue a primera hora de la mañana cuando los más jóvenes se pusieron manos a la obra con sus creaciones y comenzaron a hacerse con los kilos de sal repartidos desde el Ayuntamiento como ocurre año tras año. No se echó de menos la ayuda de las personas más experimentadas, que ayudaron en la confección de unas alfombras que año tras año se superan en originalidad y creatividad buscando nuevos retos.

Por ello, antes de la ocho de la tarde, hora en la que se inicia el traslado de San Roque hasta su ermita, son muchas las personas que aprovecharon para cubrir la distancia que recorre ese centro de culto y la Plaza de la Villa. Ahí los adoquines se camuflan y las composiciones invitan a ser admiradas y también respetadas, aunque cuando acabe el día poco quede de ellas por el paso del tiempo y de la procesión. Entre las apuestas de este año destacaron dos grandes flamencos que sobresalieron por su colorido, un impresionante abanico que dio cobertura a una mujer ataviada con el tradicional traje de flamenca y aquellas a través de las que los jóvenes lanzaron mensajes poniendo en valor la amistad o la autoestima. No faltaron las temáticas infantiles ni tampoco las más enfocadas al mundo religioso. Y todo ese recorrido culmina en la Plaza de la Villa con el gran escudo de la localidad que cada año se realiza en el lugar más emblemático de la misma.

Un lugar que fue llenándose poco a poco porque después de descubrir todas las alfombras la parada se establece en la Plaza de la Villa, donde los locales esperan la salida del patrón mirando al cielo ante la amenaza de tormenta y la lluvia que caía. Pero los posibles imprevistos quedan estos días aparcados en Dos Torres porque son fechas de pasarlo bien, de reencuentros, de volver a encontrarse con las raíces y con las tradiciones que se mantienen vivas a lo largo de los años. Y entres esas tradiciones se impuso la de acompañar a San Roque hasta su ermita, pisando fuerte sobre esas alfombras de sal que pasan al recuerdo en un momento, aunque una vez finalizada la procesión aún queden restos de esas creaciones que marcan la festividad del patrón de la localidad. La procesión finalizó con un concierto de la Banda de Música, parte importante también durante la jornada de ayer.

Tras honrar a San Roque, la feria continúa en un municipio que sigue inmerso en sus días de fiesta afrontando las jornadas más fuertes. El mundo del toro seguirá estando muy presente con la suelta de vaquillas por algunas calles del municipio y que suelen congregar a un gran número de visitantes de la comarca de Los Pedroches durante las mañanas. Son parte indispensable de la feria usía y siguen siendo uno de los reclamos principales de unas fiestas que también tienen en cuenta el componente de ocio y musical con una amplia programación que llegará a su final el próximo domingo cuando Dos Torres recupere su rutina.