«Caminante, no hay camino, se hace camino al andar». El día que se cumplían setenta y cinco años de la muerte de Antonio Machado, la pregonera de la Virgen de Luna, Mari Carmen Fernández, las quiso hacer suyas para contar sus experiencias como romera, sus vivencias en la Romería de la Patrona de Pozoblanco. Un sentimiento que nace de la devoción inculcada prácticamente desde la cuna y de la que hizo gala la pregonera durante toda su intervención.

Porque la puesta de Mari Carmen Fernández fue esa, la de reivindicar la fe alrededor de la figura de la Virgen. Lanzó varios mensajes en su pregón y en todos ellos destacó el compromiso que pidió con esa fe, el compromiso adquirido tras el bautismo porque «hay que ir más allá, aportar para que el mundo sea más justo y no existan tantas desigualdades».

También reivindicó la figura de la mujer, en la vida religiosa y en la civil, haciendo un recorrido por nombres propios y finalizando en esas «misioneras tarugos que han tomado una opción de vida para que la vida de la población del Tercer Mundo sea mejor». «La mujer tiene mucho que decir, nuestra sociedad echa de menos y necesita de la mujer», alegó.

 

Y entre esos mensajes, Mari Carmen Fernández también apostó por las tradiciones, por mantenerlas vivas y abogó «porque las madrinas sigan regalando el hornazo, reivindico el nombre de Maria de Luna para nuestras hijas» . «Hacer el camino es vivir cada momento, caminar acompañando a la Virgen, seguir el ritmo de los portadores, es estar con el que va a tu lado, compartiendo lo bueno y no lo tan bueno en un clima de compañía», destacó. 

En todo el camino de su pregón hubo invitación a la reflexión, algo que continuó en su parte final donde invitó a la Cofradía a pesar «por qué los pozoalbenses no acompañan a la Virgen de Luna el lunes siguiente a la Romería, porque las puertas están cerradas a cal y canto, salvo alguna honrosa excepción». Sus últimas palabras fueron para la figura que exalto entonando un «Viva la Virgen de Luna».

Marcha musical para la Virgen

El Pregón comenzó con la actuación de la Banda Municipal de Música que estrenó dos marchas procesionales. La primera de ellas «Dulce nombre de María», de Víctor Manuel Ferrer, mientras que la segunda fue «Fe y Tradición», dedicada a la Virgen de Luna y compuesta por el director de la banda, Francisco Moyano.