Todo empezó durante el confinamiento, en marzo de 2020, cuando Cristina García se topó con un artículo en el que se relataba la vida de personas de Dos Torres que habían pasado por campos de concentración. Su pasión por la Historia fue el hilo conductor de un proyecto que se concretó en la creación de la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine Córdoba, pero hay mucho más detrás. El trabajo iniciado por Cristina ha permitido que muchas personas que lucharon contra el nazismo y cuyas vidas fueran silenciadas vuelvan a sus pueblos de origen a través de pequeños homenajes que han recibido el respaldo institucional, pero que nacieron de la mano de la sociedad civil. Hablamos con Cristina sobre todo esto, sobre Historia, sobre olvido y sobre un proyecto que pretende dejar atrás el silencio a través de unas pequeñas piedras -stolpersteines- que ya son parte de la historia de muchos municipios de la comarca. 

Pregunta: ¿Cómo nace la idea de la Asociación?

Respuesta: Todo empezó en el confinamiento, me llamó mucho la atención un artículo en el que se relataba la vida de personas de Dos Torres que habían pasado por campos de concentración y empecé a investigar. Lo más extraño es que nadie sabía nada de gente que había tenido una vida asombrosa. Fuimos investigando en el resto de municipios en los que había deportados a los campos de concentración nazis, para conocer cuál había sido su historia. Decidimos entonces decirle a los ayuntamientos que esto existía y contacté también con la asociación de Recuperación de Memoria Histórica y vi que lo que hacían era perfecto porque se trataba de hacer un pequeño homenaje, muy asequible para los ayuntamientos. Ese homenaje iba a permitir que los vecinos de la localidad conociesen esas vidas, qué menos que un pueblo conozca por qué sus vecinos estuvieron allí, qué pasó. En la Historia no se puede pasar página, es necesario conocerla por nuestro presente, pero también para saber por dónde andamos. 

De manera paralela hablamos con Diputación de Córdoba porque entendimos que el proyecto tenía que liderarlo los gobiernos y nos dijeron que había la posibilidad de crearnos como asociación y así lo hicimos para posteriormente hablar con los ayuntamientos. 

P: La primera fase en la que trabajáis es la de investigación, ¿cómo lo hacéis?

R: La labor de investigación es bastante compleja, aunque es cierto que no ahondamos hasta el final, lo que hacemos es buscar toda la información posible para hacer este homenaje y tener esa información disponible para los familiares y para aquella gente que quiera saber más. En un principio, hablamos con los ayuntamientos de Belalcázar, Torrecampo, Villaralto y Fuente La Lancha y aceptaron. Nos ponemos a su disposición para buscar información, para buscar a los familiares, ahí empezamos a dar forma al proyecto. 

 

Buscamos información para que si algún familiar quiere, pueda seguir tirando del hilo. 

 

P: ¿En qué se basa esa investigación, en qué os apoyáis?

R: Hay una serie de bases de datos tanto del Ministerio como una de las mejores bases de datos que hay en la actualidad que es la del Memorial Democràtic de Cataluña. A partir de ahí empezamos a sacar información, cotejamos lo que hay en las dos y al menos tenemos unos nombres. A partir de ahí vemos certificados de nacimiento, matrimonio, lo que encontramos para comprobar las fechas y para ver las ascendencias, dónde vivían, porque todavía en los pueblos hay familiares. Es cierto que es más complicado de lo que yo en un principio pensaba. La ayuda de los ayuntamientos también es fundamental porque conocen a la gente, si das algunos de los datos es más fácil localizar a la gente. El problema en esta zona es que muchos documentos fueron quemados en la Guerra Civil y es un hándicap porque muchas veces no encontramos dónde vivieron y no hay familiares. Muchas veces hacemos los homenajes y encontramos a los familiares después porque a veces llegas a callejones sin salida. De igual modo, hay historiadores que nos están ayudando para saber lo que ocurrió aquí porque es algo complicado, pedir información de los archivos en España no es fácil. No ocurre así en Alemania que es muy fácil trabajar en este sentido. Buscamos información para que si algún familiar quiere, pueda seguir tirando del hilo. 

P: Esa investigación lleva a una recuperación de la memoria de muchas personas. 

R: Nosotros conocemos una historia que has ido recopilando a partir de documentación, es verdad que las familias te cuentan algunas historias bastante dramáticas, sobre todo, si son hijos. Te cuentan cómo se ha vivido eso en casa, a pesar de que casi no hablaban por el dolor y el miedo, ellos vivieron cómo sus familias nunca volvieron a su lugar de origen por miedo a represalias. Y luego con la instauración de la democracia tampoco volvieron, sus historias son increíbles. Pero no solamente de hijos, incluso nietos, biznietos, en algunos casos sí que la familia ha ido hablando y se han atrevido a contar su historia. 

P: ¿Cómo toman las familias estos homenajes?

R: Todas bien, de momento. No dejan de darte las gracias y yo entiendo que es lo mínimo, un bloque de 10×10 centímetros donde ponen sus nombres y apellidos, al menos ya no son un número. Qué menos que se conozca que tu familiar luchó porque hubo un Golpe de Estado porque había un gobierno democrático, que te puede gustar más o menos, pero era democrático y de ahí a una guerra y una dictadura. Que eso no se pueda hablar con normalidad es algo increíble, que haya gente que todavía diga que es remover, simplemente cuentas una historia cercana y reciente. Lo reciben con agradecimiento, pero es algo que se tenía que haber hecho hace mucho tiempo. Se vienen desde Francia, por ejemplo, no conocen los pueblos de origen de sus padres y no dejan de llorar. Luego aparecen las historias más detallada de cada uno de ellos. 

P: Y la sociedad, ¿cómo está recibiendo estos homenajes?

R: Aquí hay un problema y hay que ser consciente, después de una dictadura de cuarenta años donde te dicen cómo tienes que pensar y qué decir eso no se cambia de la noche a la mañana. Durante demasiado tiempo no se ha hablado de algo y las cosas no se solucionan sin hablar, por otra parte, el sistema educativo ha sido perverso en este sentido. Yo nunca he llegado a estudiar esta parte de la historia, se fue imponiendo el miedo y el vamos a olvidarnos de todo. Pero por qué tengo que olvidarme de mi gente, lo hemos metido debajo de la alfombra y eso no es positivo. Una parte de la sociedad, con los extremismos exacerbados que hay, simplemente no quiere aprender… Lo hicieron los alemanes, son conscientes de su historia, pero para eso hay que trabajar bilis y nosotros ni queremos tragar bilis, ni conocer, ni saber… Hay gente con una mentalidad más abierta que por supuesto sí quiere saber, pero yo entiendo que tienen que ser las generaciones jóvenes las que conozcan la historia, tengan un espíritu crítico y vean que esto es como la ciencia. 

 

Lo hicieron los alemanes, son conscientes de su historia, pero para eso hay que trabajar bilis y nosotros ni queremos tragar bilis, ni conocer, ni saber..

 

P: ¿Qué pueblos tienen en cartera para seguir con estos homenajes?

R: Para este año están Fuente Obejuna, Peñarroya-Pueblonuevo y La Granjuela. Por otra parte, vamos a hacer otra exposición con los deportados del Valle del Guadiato, además de un cómic. El cómic va a versar sobre los cuatro deportados a campos de concentración más jóvenes del norte de Córdoba, que tenían 15, 16, 17 y 18 años. Dos de ellos eran de Belmez y dos de Alcaracejos. Luego otro pueblo que se ha sumado es el que tiene más deportados de la provincia que es Posadas. 

P: ¿Y de Los Pedroches?

R: Tenemos información de todos, el problema es que los ayuntamientos tengan esa sensibilidad. Nosotros estamos dispuestos a ayudar a cualquier ayuntamiento que esté dispuesto a sumarse. 

P: ¿Cuántas personas conformáis la Asociación?

R: Estamos ocho personas en la Junta Directiva, luego socios hay más, gente que se ha ido sumando, familiares de deportados pero también personas que no tienen nada que ver con la deportación que han querido ser socios y ayudar. 

P: Las primeras piedras se colocaron en Belalcázar, ¿cómo fueron esas primeras sensaciones?

R: Hubo más gente de la que yo pensaba porque salíamos de la pandemia. Vinieron familiares de Madrid, de Barcelona, del propio Belalcázar. Fue bien, una cosa muy sencilla, nos presentamos y luego fuimos uno por uno colocando la piedra y rindiendo un pequeño homenaje. En Torrecampo sí que fue algo más, pero porque hubo unas jornadas, en Villaralto también, se hablaron de más cosas. Pero hubo mucha emoción porque fueron las primeras. 

P: Me supongo que la parte más complicada la vivisteis cuando una de las piedras fue sustraída en Torrecampo.

R: Fue más bien estupefacción, quién hace eso, para qué. Se pidió otra, la pena es que lleguemos a ese nivel de absurdez, fue una mezcla de enojo y ver hasta el límite que llega la idiotez humana. Es como el tema de la fosas, a mí particularmente me daría igual, pero si a alguien le es importante qué hay que decir, qué daño hace una persona que quiera llevar flores a su familiar al cementerio. Pues esto es lo mismo, qué daño hace. Pero bueno, solicitamos la piedra, la mandaron muy rápido y se restableció en menos de dos semanas. 

P: Ahora también estáis llevando una exposición a los diferentes institutos sobre los deportados a campos de concentración de Los Pedroches, ¿qué acogida está teniendo?

R: Fenomenal, la verdad. Hemos estado en Hinojosa del Duque, en Los Pedroches, en Belalcázar, en el IES Antonio María Calero y seguirá su itinerario. Me asombra que el alumnado atienda asombrado, preguntando desde la inquietud y la normalidad. También preguntan por qué no todos los ayuntamientos solicitan estos homenajes, ellos mismos no lo entienden. Luego se levantan y aplauden porque siempre terminamos con el audiovisual y se les dice que tengan ese pensamiento crítico. Nos llama la atención. El profesorado también valora acciones de este tipo. La verdad es que está yendo muy bien, mejor de lo que yo pensaba, veo que hay una juventud comprometida. 

P: ¿En qué proyectos estáis inmersos ahora?

R: Estamos con el tema de la exposición de los deportados del Guadiato y el cómic que te he comentado. Además, el día 14 de mayo se van a colocar los stolpersteines en Peñarroya-Pueblonuevo, pero también se van a desarrollar unas jornadas donde va a estar el delegado en Andalucía de la Amical de Mauthausen y otros campos, Ángel del Río, y el presidente de la Asociación Buchenwald y vicepresidente del Comité Internacional de Buchenwald, Dora y Kommandos, Enric Garriga. Además, se nos ocurrió que la gente joven, familiares jóvenes dieran su versión de cómo han vivido el hecho de ser familiares de deportados y se han sumado cinco mujeres que pertenecen a dos familias, las bisnietas de Eusebio Crespo Díaz (Torrecampo) y tres sobrinas nietas de Rafael Juan Montero, deportado de Peñarroya. Van a estar allí, van a dar su punto de vista, me parece algo muy bonita porque son chicas jóvenes que están hablando de memoria sin miedos absurdos. 

P: Una historia, la de las mujeres que también habría que rescatarla porque no fue fácil.  

R: Es importantísima rescatarla, aquí la mujer se quedaba y lo pasaba fatal. La hijas de Rufo cuentan en el audiovisual que su madres siempre fue una mujer triste, tuvo que salir rápidamente de Torrecampo. Es importante rescatar también esas historias. Tanto en el cómic como en la exposición vamos a tratar el tema de los campos de concentración de mujeres porque es algo espantoso. En Andalucía sabemos que hubo, al menos, tres mujeres: una de Jaén, una de Almería y otra de Sevilla. 

P. ¿Para cuándo se prevé que vea la luz el cómic?

R: El año que viene, lo van a hacer el dibujante y la colorista que hicieron «El fotógrafo de Mauthassen» porque contacté con ellos para una de las fotos de la exposición y hemos mantenido contacto. Cuando se nos ocurrió esta idea se lo propuse y salió hacia delante. Ahora mismo tenemos la historia escrita porque los cuatro protagonistas tienen una cosa en común, fueron en el primer convoy de civiles que fue a Mauthassen, 927 españoles, llegan allí y a todos los mayores de 13 los llevan al campo de concentración, que en un principio era un campo de trabajo, no de exterminio. 

P: Con el bagaje que lleva desde que inició este proyecto, ¿puede decir que ha merecido la pena?

R: Por el aprendizaje y la gente que conoces en el camino, obviamente sí. También me ha quitado muchísimas horas, pero por la gente sí merece la pena.