Félix Gascón fue nombrado hace una semanas director del Plan de Laboratorios Clínicos de Andalucía, un cargo que supone el reconocimiento a una extensa carrera y, también, a un trabajo realizado desde un área rural. Además de abordar los retos de este nuevo cargo, Félix Gascón nos cuenta lo que supone trabajar en un laboratorio y la humanización que transmite a todos sus equipos porque defiende que «no podemos limitarnos a dar un resultado», su trabajo es mucho más complejo y amplio.
Pregunta: ¿Qué supone para usted haber sido nombrado director del Plan de Laboratorios Clínicos de Andalucía?
Respuesta: Supone una satisfacción por el reconocimiento profesional entendiendo que dentro de las tareas de gestión de los laboratorios en Andalucía es el puesto de más responsabilidad. Es como una culminación a mi carrera después de cuarenta años trabajando en el ámbito de los laboratorios del Servicio Andaluz de Salud. Así lo asumo, como un reconocimiento que lleva implícita una gran responsabilidad por las líneas de trabajo que hay que desarrollar para los laboratorios de Andalucía. Estoy en prórroga de jubilación, por lo que es un reconocimiento que agradezco mucho.
P: El trabajo que se realiza en los laboratorios no siempre es conocido al no estar, digamos, en la primera línea.
R: Los profesionales que estamos en laboratorio somos profesionales que trabajamos en la sombra, el único contacto que tiene la ciudadanía con los laboratorios es una toma de muestra, pero el trabajo que hay detrás no es conocido por la mayoría. Me gustaría transmitir que ahora mismo los datos de laboratorio suponen el mayor volumen de información sanitaria que se almacena dentro de la historia clínica electrónica porque generamos gran cantidad de información. De hecho, se insiste en que el 70% de las decisiones clínicas se sustentan en los datos de laboratorio. Nuestro trabajo consiste en tratar como un paciente las muestras biológicas, no como un tubo con un poco de sangre, e intentar sacar de esa muestra toda la información que sea posible con la calidad adecuada y en el tiempo adecuado. Todo ello, para que pueda ser de utilidad en la atención clínica del paciente, ya sea para diagnóstico, para establecer pronóstico, para hacer seguimiento de tratamiento… Ahí es donde los laboratorios generan información de gran utilidad para la asistencia clínica.
P: ¿Cómo se consigue esa humanización de un proceso que a priori puede parecer frío?
R: En primer lugar, dentro del laboratorio intentamos transmitir la importancia de lo que estamos haciendo. En los laboratorios se manejan miles de muestras al día, a veces si los volúmenes son muy grandes se puede entrar en el límite de lo que es ser una fábrica de resultados. Soy de los que piensa que ese límite no podemos traspasarlo, nosotros no fabricamos resultados, sino que interpretamos la salud del paciente con lo que medimos en sus muestras biológicas. Para eso no podemos limitarnos a dar un número y un resultado, sino que tenemos que evaluar al paciente de forma global, viendo cómo es su historia clínica, la razón por la que se le solicita esa prueba, interpretando el resultado y aportando información que sea de ayuda al clínico. Es decir, pasar de ser una fábrica que genera resultados a ser un componente más de la línea del proceso asistencial. Para nosotros tiene que ser muy importante saber que lo que estamos manejando es una parte de una persona que nos han prestado para sacar un resultado, eso tiene su valor y hay que asumirlo.
P: ¿Consigue transmitir esa filosofía a los equipos con los que trabaja?
R: En los cuarenta años que llevo de profesión siempre lo he transmitido a todos mis colaboradores, en todos los puestos que he desarrollado dentro de la administración y dentro de las asociaciones científicas donde participo porque creo que eso es lo que le da valor a nuestro trabajo. Cuando en un equipo la persona que lidera el equipo no se limita solo a dar instrucciones u órdenes organizativas, sino que además transmite una filosofía de trabajo y una forma de entender la profesión, los compañeros responden adecuadamente y todos vamos en la misma línea. Lo único que hay que tener presente es plantearlo, recordarlo y valorar a las muestras como pacientes. En la rutina diaria en el laboratorio del Hospital Valle de Los Pedroches esta filosofía es una base de nuestro criterio de calidad asistencial para atender a todos los pacientes.
P: ¿Cree que su nombramiento sirve también para poner en valor el trabajo desde lo rural, en este caso, en el campo de la sanidad?
R: Una de las cosas que me ha dado más satisfacción de este nombramiento es corroborar que se puede estar trabajando en cualquier sitio, lo importante no es el sitio, es lo que hagas. Desarrollé todo el sistema informático que se usa en Andalucía para hacer la petición electrónica y lo hice desde un hospital comarcal periférico, que son centros de difícil cobertura porque hay una cierta tendencia a trabajar en los hospitales centrales. No hace falta estar en un hospital de mil o dos mil camas para hacer cosas que tengan utilidad para la sociedad y el sistema sanitario. Lo importante es las aspiraciones que tengamos, las ganas que tengamos de mejorar nuestra atención a los pacientes y dedicarnos a nuestra empresa, que es el SAS, un servicio público. No te limita nada estar en un centro u otro.
P: ¿Qué retos se establece en este nuevo cargo?
R: El cargo en sí es un reto porque va a implicar mucho trabajo y dedicación. El puesto de director del Plan Andaluz de Laboratorios Clínicos conlleva tener una visión global de los recursos disponibles que hay de laboratorios clínicos en Andalucía, de todas las especialidades: bioquímica, inmunología, microbiología, hematología y anatomía patológica. También tiene relación con líneas de trabajo trasversales como son la genética y la biología molecular. Mi papel es intentar tener una visión global para sacar el mayor partido aprovechando los recursos disponibles. Ver qué líneas hay que organizar para compartir los recursos, ver cómo eso se puede aplicar para que la población tenga una atención con equidad en toda la comunidad. Implica mucha organización, ver los recursos disponibles y ver qué se hace en cada sitio. Esta es la finalidad, pero todo esto conlleva tener que homogeneizar los concursos públicos, revisar las carteras de servicios que se ofertan en todos los centros para poder aplicar sinergias y revisar aquello que estamos remitiendo a laboratorios externos.
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