Quedarte a un centímetro justo antes besar, echarte atrás, y que no pase; y darte cuenta de que no tienes fe justo antes de perderla. Pienso en una persona en particular mientras escribo esto; no es que seas tú: es que es alguien como tú; pero sin ser tú. Es esa persona que sale de ti los martes a media mañana y que no sabe cómo gestionar cuando sale del trabajo a desayunar.

Siempre pensé que las 10 o las 10:30 es demasiado tarde para desayunar. Esto en Francia no pasa. Aunque en Francia no tienen tostadas con aceite y tomate y jamón con un café con leche en vaso de caña. Joder, no tienen ni aceite. La mantequilla está sobrevalorada. Sobrevalorada como U2 o la puta canción esa que ponía Guardiola para motivar a sus futbolistas. Sobrevalorada como el fútbol de élite. Lo digo: menos fútbol y más carreras. Y me gusta ser cateto.

La mujer que me ama a veces pasea descalza por los siete metros y medio del pasillo de mi casa que separan el salón de la cocina y mi mundo cruje a sus pies. El amor es una decisión. Una decisión como todas las cosas peligrosas que haces en tu vida. Ir a 190 por hora en una nacional. Y tienes claro que no es un enlace (pal que lo pille). Aunque luego frenas; siempre frenas: y no es por el radar. Y no es por ti: es por los tuyos. Sabes lo que digo. Se frena por contexto y por amor. Otra decisión.

Las personas más salvajes no siempre son las más peligrosas. Líbrate de los toros mansos. Lori Meyers es más peligroso que Dover y Sabina más que los Chichos. No es lo que dices, es cómo lo dices; no es lo que se dice es quién lo dice. Hay política en todo, y, cariño: todo es política. Piensa en las caretas de tus jefas y encargados. Pues eso. Política; aunque te joda. Y recuerda son Lori Meyers y Sabina a la vez. El poeta haciendo esclavas y esclavos.

Decidir es hacerlo tú o que te lo hagan. Quedarte sin mechero antes de volver a casa y no fumarte el último cigarro que es el que vale y aún así no buscar fuego; aunque en realidad quieres dejar de fumar, pero así no: no así. Es follar por compromiso: lo triste, aunque te gusta y no te niegas. Decidir otra vez. Decidir siempre. Amar al fin.

Seguramente me equivoque, pero siempre pensé que la justicia no decide, ejecuta. Y no debería ser su papel. El caso es que la mayoría de causas importantes son juez y parte a la vez como nosotros en nuestras vidas. Y es que decidir como vivir es todo a la vez. La mayoría de las decisiones que tomamos en nuestras vidas no son libres: porque la libertad es la posibilidad de decidir sin coacción y no otra cosa; y pasa poco o casi nunca pasa, aunque sí pasa en los momentos importantes de tu vida si eres valiente: dejarlo, intentarlo, no tenerlo o sí, no ir y decir que no; y decir que sí e ir cuando sabes que es complicado; y pelearlo cuando no es fácil y ya sabes que nadie dijo que fuera fácil.

Cuando tomas decisiones importantes tienes siempre una posibilidad de errar y equivocarte. Y no pasa nada si yerras y no pasa nada si tienes que empezar desde el principio y no pasa nada si te has equivocado. Recuerda que tienes el derecho y en muchas ocasiones hasta la obligación de permitirte cambiar de opinión. Recuerda que el poder el tuyo y que tienes el derecho y la opción de decidir.