El Sindicato Profesional de la Enfermería SATSE-Córdoba ha remitido una nota de prensa donde afirma que el director del Área Sanitaria Norte de Córdoba, José Antonio Ruiz, ha decidido mantener cerradas 23 camas destinadas a adultos en el Hospital, lo que viene a suponer un veinte por ciento del total de estancias. Satse señala que esta medida va encaminada a «buscar el ahorro en lo que a contrataciones de profesionales de enfermería se refiere a pesar de que con ello se mantienen masificadas el resto de unidades».

El sindicato prosigue indicando que prueba de ello es que «en la tercera planta de medicina interna se colocó en su día un cartel donde se refleja que ocho habitaciones, dieciséis camas, no se ocuparán durante el periodo vacacional y que la totalidad de la planta de hospitalización de semana quirúrgica, permanece cerrada».

Satse indica que esta situación dista mucho de las afirmaciones que se han realizado desde el Servicio Andaluz de Salud, que «justifican el cierre de camas por una disminución en la ocupación y de la actividad quirúrgica». Satse asegura que la actividad quirúrgica programada para el mes de septiembre es la habitual y recuerda que los pacientes del servicio de medicina interna no se pueden programar «puesto que no debemos olvidar que la salud no entiende de estaciones ni de épocas del año y, por tanto, no se puede adivinar si la ocupación va a ser baja como para mantener cerradas camas».

Satse acusa al director de querer «hacer caja» con esta media a «costa de los pacientes y profesionales ya que estas actuaciones acaban provocando masificación, déficit asistencial, que la Unidad de Observación se acabe saturando, retrasos en los pacientes para ser ingresados, que se ingresen pacientes en unidades que no corresponde a su patología e incluso altas precoces para evitar que se produzca la saturación del centro».

Al juicio del sindicato, con este tipo de actuaciones se está primando el recorte sanitarios sobre la atención prestada, es decir, «se prima el ahorro económico al cuidado de la salud, aunque con ello se ponga en riesgo la seguridad de los pacientes». «El último ejemplo lo tuvimos en la planta de pediatría donde una enfermera y una auxiliar de enfermería se vieron obligadas a atender toda la planta produciéndose una situación crítica en un recién nacido que, gracias a la pericia de estas profesionales no tuvo consecuencias fatales, aunque quedó patente la falta de profesionales en la unidad», relata el sindicato.