Días después de su ascenso a Segunda Nacional, el Pozoalbense Femenino fue recibido en el día de ayer por las autoridades locales en el Ayuntamiento de Pozoblanco. Junta directiva, equipo técnico y futbolistas fueron protagonistas de una emocionante recepción que puso en su sitio al fútbol femenino. Trece años después de su nacimiento, el club ha conseguido el hito de ser el máximo exponente con respecto a categoría del deporte pozoalbense. Casi nada.

El acto sirvió para volver a recordar ese ascenso y también para que el equipo cadete y el senior presumieran de campeonatos ligueros. Pero, sin duda, la parte más emocionante la protagonizó el vicepresidente de la entidad, Agustín Lozano, que con su discurso consiguió que más de uno se emocionase. Lo hizo abogando por valores tan asociados al deporte como la lucha, el esfuerzo y, sobre todo, la capacidad para soñar e ilusionarse.

Agustín Lozano no quiso pasar la ocasión para dejar claro que el Pozoalbense ha hecho historia pero rehuyó de la casualidad y la suerte afirmando que «estos éxitos no son flor de un año, sino de 13 años de trabajo». Se acordó de quienes para él son «el alma del club», Pablo Lozano y Mané, pero también de una familia muy extensa que ha ido creciendo a lo largo de estos 13 años.

Y tampoco rehuyó a la pregunta que todos nos hacemos, ¿y ahora qué? Él lo tiene claro, «ahora trabajar para que el sueño se haga realidad» y sueño que merecerá la pena si «las jugadoras se comprometen, si la plata es de verdad y no solo de nombre y si la afición responde». Un sueño por el que se trabajará, por el que ya ayer se pidieron «fondos» a base de cánticos, un sueño que tiene ganas de ser cumplido y que se quiere alargar para que sigan aumentando las jugadoras formadas durante estos 13 años al abrazo de un club que parece no tener techo.

Las jugadoras demostraron que quieren seguir celebrando, que la resaca del ascenso perdure en el tiempo y por eso la nota de alegría la pusieron ellas con sus cánticos, con su alegría y con el saber que el trabajo encuentra su recompensa.