El chiste era fácil a la par que recurrente. Lo hicimos nada más pisar el salón del plenos del Ayuntamiento de Pozoblanco y los pronósticos, demasiado evidentes como para fallar, se cumplieron. Todas las apuestas se la jugaron a que el tema de la perrera municipal iba a salir a relucir y no solo relucir sino copar el apartado de ruegos y preguntas y así fue. Demasiado evidente y como nos lo ponen tan fácil puedes también los titulares nos los dan casi puestos, fue un pleno de perros.

Y eso que iba transcurriendo con total normalidad, a excepción de los clásicos intercambios dialécticos entre Benito García y Manuela Calero, hasta que llegó el apartado final del pleno. No hubo suerte en el primer envite protagonizado por la concejala no adscrita que volvió a cuestionar la extinción de la Fundación Aurelio Teno, que según indicó sigue recibiendo facturas. El segundo envite dejó las cosas como estaban porque la concejala de Izquierda Unida realizó preguntas sobre el arreglo de caminos con las máquinas de la Mancomunidad durante el ejercicio 2013. Pero a la tercera fue la vencida y el portavoz andalucista, Emiliano Pozuelo, lanzó el dardo, digamos que dejando la inocencia a un lado, y el resto fue cuestión de tiempo, de muy poco tiempo. 

Fue preguntar Pozuelo si había voluntad política para que la perrera municipal esté gestionada por la asociación «Peludos Los Pedroches» y el pleno entró en otra dimensión, en una muy surrealista en la que dos personas discutieron y el resto observó, algunos incrédulos ante lo que allí acontecía. Haciendo un poco de memoria, todo se remonta al cruce de declaraciones que han protagonizado Manuel Cabrera y Benito García por el estado de la perrera municipal, con fotos por parte de ambos lados, de una de perros en una clara situación de desnutrición, de la otra perros la mar de contentos, felices y bien alimentados.

García tachó al concejal popular de haber mentido, difamado y crear un conflicto que pone en peligro el acuerdo que se estaba negociando con la protectora de animales, un acuerdo que no es viable técnicamente porque no se puede aplicar una concesión del servicio. En el fragor de la batalla aprendimos algo de piensos animales, se nos repitió hasta en cuatro ocasiones, aprendimos que nadie escucha las acusaciones de nadie pero que se dan respuestas con una velocidad para tener en cuenta, aprendimos que se crean problemas de algo que tiene fácil solución y aprendimos que, a pesar de todo, hay quien todavía tiene la capacidad de sorprendernos, no siempre para bien, intacta. 

Y entre cruce de fotos y de acusaciones, se escuchó aquello de usted ha mentido y tendría que «pedir cita con su confesor porque está mintiendo y ha faltado al octavo mandamiento» por parte de Benito García y la réplica de Manuel Cabrera que pidió disculpas «si es lo que quiere porque no se me caen los anillos, por lo que no es para acudir a mi confesor espiritual». Lo dicho, surrealista.

Así las cosas, la final del pleno, ya con cada corporativo a lo suyo y en la intimidad del salón, nos enteramos que la foto mostrada por Manuel Cabrera era real y que no había trampa ni cartón y que lo único que se pide desde la Asociación «Peludos Los Pedroches» es acabar con las trabas legales para poder ayudar a que los animales que hay en la perrera municipal estén atendidos de manera correcta en relación con la cantidad de comida de cada animal, los espacios o hasta la práctica deportiva. De todo esto nos hubiésemos enterado si el alcalde, Pablo Carrillo, hubiera permitido que miembros de esta Asociación tomaran la palabra, pero no, dijo aquello de «no acostumbramos». Y es cierto que ni se acostumbra ni obligación tiene de ceder la palabra a los ciudadanos que asisten al pleno, pero a veces saltándonos el guión se gana más que se pierde.