El paisaje de la calle Santo Domingo de Pozoblanco ha variado, también su actividad comercial. En el castizo barrio de San Bartolomé se asienta desde la semana pasada «El Rinconcito de Andrea«, un despacho de pan que se centrará en rescatar los sabores caseros, los de siempre. Una apuesta por una imagen «vintage» da fuerza a un negocio que entra por los ojos cuando paseas por la mencionada calle para luego seguir con esa apuesta por lo tradicional. No falta detalle, desde un rincón donde poder hacer una parada, hasta una caja registradora digna de museo.

La imagen cuenta en los tiempos que corren pero si la oferta no acompaña nada se mantiene. Por eso Andrea también ha cuidado hasta el último detalle sus productos y quien en el día de la inauguración se pasó por su despacho de pan pudo constatarlo. Pan, bases para pizzas, dulces de lo más variados y también productos para quienes sufren de intolerancias alimenticias son algunas de sus apuestas, aunque a corto plazo se plantea ampliar ese abanico de servicios.

Así, esta joven pozoalbense que vuelve a su localidad natal tras 20 años fuera de ella, pone a disposición de sus clientes decoración en mesas dulces para eventos, decoración para eventos como bodas o comuniones o talleres de gastronomía para padres y madres con sus hijos. Relata que «rehuyo de la competitividad, busco sinergías, poder compartir actitudes y conocimientos nuevos con mis compañeros del gremio para poder darle al cliente algo nuevo, que disfruten de la cocina, de su sabor y de lo hermoso que es enseñar y aprender».

El viernes fue la puesta de largo y allí estaban sus familiares y amigos. Nació un negocio que da continuidad, con otro enfoque, a la profesión familiar. Andrea, emocionada, dio las gracias por el apoyo recibido y prometió trabajar para su rinconcito sea cada vez el de más clientes.