El pasado 11 de septiembre arrancaba el curso escolar 2023/2024 que empezó como todos en los últimos tiempos, con quejas ante la merma de recursos. Una de esas denuncias venía de un grupo de familias afectadas por la falta de las plazas suficientes de Personal de Integración Social (PTIs) en el CEIP Virgen de Luna de Pozoblanco para atender la realidad que vive el alumnado con necesidades educativas especiales. Todo apunta a que será el lunes, casi un mes después del inicio del curso escolar, cuando se cubra una segunda plaza de Personal de Integración Social, aunque según ha podido saber este periódico, sería por 20 horas a la semana, algo que a las familias le sigue pareciendo insuficiente. Con algunas de esas familias hablamos para conocer una realidad ante la que piden soluciones desde la Administración y que no tengan que ser los padres y los madres los que abanderen una lucha en torno a un derecho fundamental del alumnado, el de la educación. 

Una de las madres afectadas nos relata que «el aula específica está completa y la atención que le pueden dar los profesionales es muy limitada, al final se dan situaciones de estrés, frustración de los propios niños y también de los profesionales porque no les pueden ayudar con tantas limitaciones». Todos reivindican que «nuestros hijos tienen derecho a una educación de calidad» y precisan que «no los llevamos a una ludoteca, sino a un colegio» donde la integración social con el resto del alumnado es una parte fundamental que no puede llevarse a cabo sin los recursos óptimos. «Es una situación muy complicada, quien no la vive ni se la imagina, provoca mucha impotencia y no entiendo por qué tiene que ser así, por qué se tienen que quedar con menos recursos de los que necesitan si estamos ante una necesidad básica», explica esta madre. Además, deja claro que «son niños que tienen posibilidades de transmitirles contenidos, no estamos hablando de personas con discapacidad intelectual, necesitan ayuda y niños que están en el aula ordinaria si no la tienen irán a la específica, que está al máximo de la ratio». 

La unidad entre los afectados es total porque mantienen una misma realidad ante la que «hemos remitido escritos a delegación, hemos pedido reuniones, pero no hemos obtenido respuestas y llevamos así desde septiembre», nos cuenta otro padre. Reivindican que sus hijos no son burocracia y que la situación se tenía que haber solventado ya porque «estamos pidiendo lo mínimo, la situación es para solicitar tres PTIs, además de otros profesionales, pero es que pedimos tan sólo dos a tiempo completo». «Para nuestros hijos la integración es muy importante y si los metes en una burbuja es integración es nula. Todo ello merma la capacidad de aprendizaje y es el propio centro, que siempre nos ha apoyado, el que pidió más recursos cuando supieron que tan sólo había una PTIs para este curso porque es que la que está no puede soportar tanta carga de trabajo». 

De momento, la Consejería de Educación atribuyó el problema a un error informático, unas explicaciones que no convencen a unos padres y madres que no entienden que «tengamos que ser nosotros quienes nos estemos moviendo para que la situación se arregle, es responsabilidad de la Administración». Muestran su agradecimiento al centro y al AMPA por el apoyo, pero piden mayor sensibilidad a quienes distribuyen los recursos porque casi un mes después sus hijos e hijas siguen sin tener la atención que requieren, es decir, sin tener cubierto el derecho a la educación.