Pozoblanco se sumó en la noche del viernes a las concentraciones feministas organizadas por todo el país y que tuvieron como punto común un nombre y un único objetivo, la noche violeta y entonar un grito porque «ya no nos quedan minutos de silencio». 42 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de 2019 y un verano «negro» con la sucesión de casos llevó a la Plataforma Feminista de Alicante a pedir la «emergencia feminista» y lanzar una convocatoria que tiñó de violeta numerosas ciudades y donde se volvieron a tener en cuenta las más de mil mujeres asesinadas por violencia de género desde el año 2003, fecha desde la que se tienen estadísticas. 

El bulevar de la Avenida Villanueva de Córdoba fue el escenario elegido para la concentración encabezada por la Asociación Ventana Abierta. Los nombres de muchas de esas víctimas quedaron escritos formando un círculo que tuvo en su interior un lazo, esta vez teñido del rojo de las velas. La concentración arrancó con música y finalizó de igual manera, aunque antes se escucharon más de veinte razones para llevar a cabo esa noche violeta. 

Razones que hablaron de nombres propios, del no es no, del «querernos vivas», de la falta de compromiso o de la normalización de un tipo de violencia que «no se puede normalizar». Después, se procedió a la lectura de un manifiesto donde se hizo hincapié en las víctimas registradas en los últimos meses, en la falta de altura de miras del Estado para dotar de mecanismos la lucha contra este tipo de violencia, en las lecturas que pueden extraerse de ciertas sentencias judiciales o en la necesidad de seguir reivindicando la lucha contra la violencia machista. 

«Son las voces de quienes llenaremos las calles, el 20 de septiembre daremos luz a la oscuridad», cerró un manifiesto que se leyó en las diferentes manifestaciones y concentraciones realizadas en las ciudades españolas que se sumaron a la noche violeta.