La actualidad pozoalbense ha estado marcada durante toda la semana por la decisión del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Pozoblanco de ceder parte del edificio de La Salchi a la Junta de Andalucía para la instalación de la Oficina Comarcal Agraria (OCA). Una decisión que a nivel político no cuenta con el respaldo de los diferentes grupos de la oposición y que también ha levantado ciertas críticas en las redes sociales ante una cesión que condiciona uno de los pocos edificios con verdadero valor patrimonial de la localidad. También se buscaron reacciones de asociaciones y colectivos del sector cultural, entre ellas, la de Piedra y Cal, asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico, que ayer emitió un comunicado a este respecto en redes sociales y en su blog. 

Un comunicado donde defiende el uso cultural que debería tener el edificio, aunque plantea matices como la necesidad de que el edificio tenga un uso para evitar su deterioro y también realiza una crítica a los diferentes equipos de gobierno del Consistorio pozoalbense al no haber sido capaces de poner en marcha un proyecto que parecía aunar a todas las fuerzas políticas. Piedra y cal recuerda, de la misma manera, el proyecto presentado por Juan Bautista Carpio y el anteproyecto técnico del edificio realizado por el arquitecto local Antonio Ángel Ballesteros. 

Así, en el comunicado puede leerse que «nuestra asociación, desde el mismo momento en el que este espacio fue cedido al Ayuntamiento, allá por 2009, hemos defendido, manifestado y propuesto de manera reiterada que este espacio tuviera un uso cultural. Este uso sigue siendo, a día de hoy, el deseo y la propuesta de Piedra y Cal, proposición presentada a lo largo de los años a todos y cada uno de los distintos equipos de gobierno que han pasado por nuestro Ayuntamiento». «Hemos sido el único colectivo que siempre, y a lo largo de los años, hemos defendido y seguimos defendiendo este proyecto de un Centro de Patrimonio Histórico, con los matices y las modificaciones pertinentes que el tiempo transcurrido aconsejen», prosigue el escrito. 

Una vez dejada clara esta cuestión, Piedra y Cal lanza una pregunta, «¿cuál ha sido la respuesta real y efectiva que han dado a esta propuesta los distintos equipos de gobierno, de todo el espectro político, a lo largo de más diez años?». Y contesta con meridiana claridad: «ninguna, salvo una inicial intervención de urgencia sobre el tejado financiada en gran parte con planes económicos gubernamentales». 

«Deseamos dejar muy claro que la responsabilidad de que la propuesta y el anteproyecto no se hayan llevado a cabo, tras una década, es exclusivamente de quienes han tenido o tienen la posibilidad de ponerlo en marcha. Y también de la falta de imaginación y de su no aprovechamiento durante tanto tiempo. Porque si hay algo que resulta indiscutible es que el mantenimiento de un edificio, para evitar su deterioro, sólo lo puede asegurar su uso, más tratándose de un inmueble de estas características», para continuar indicando que «reiteramos que nuestra asociación tiene un deseo y una propuesta sobre la Salchi, manifestada sin dudas y de forma constante, pero también el convencimiento de la necesidad de un uso urgente para la misma. Ya se ha perdido demasiado tiempo».

El escrito también hace hincapié en que «la Asociación no puede ser parapeto de ninguna confrontación política o social, menos todavía cuando la secuencia de los hechos y la falta de decisiones (y sus posibles soluciones) comprometen a todos por igual». Por último, expresa que «seguimos estando abiertos a todo tipo de colaboración que se nos demande por parte de nuestras autoridades -al igual que hemos hecho siempre- y reafirmamos nuestra aspiración a que Pozoblanco cuente con un Centro de Patrimonio Histórico que constituya un espacio cultural distintivo y dinámico».