El 21 de julio, este periódico se sumó a la campaña «Apúntate al 21″ que viene realizando desde entonces la Asociación «Recuerda» de familiares y enfermos de alzheimer y otras demencias. Aquel día nos acercamos a la historia de la asociación y a su radio de acción. Hoy, un mes después, seguimos con esta campaña con otros testimonios. A través de los relatos de Manuel Misas y Eladia Acaíñas podemos conocer que la enfermedad siempre tiene una doble vertiente, lo que implica para el enfermo y para su núcleo familiar. Le invitamos a ser parte de «Apúntate al 21″.

Experiencias diferentes

Manuel Misas llega a la Asociación «Recuerda» después de que a su madre le diagnostiquen un deterioro cognitivo, incluso antes de que se emita el diagnóstico ya se pone en contacto con las responsables del centro de día. Anteriormente, la enferma padece un trastorno bipolar aunque a finales del verano pasado su entorno familiar empieza a observa conductas nada habituales y esto provoca la insistencia ante los profesionales médicos para que se profundice en el análisis. El diagnóstico estable un deterioro cognitivo.

El caso de Eladia Acaíñas es totalmente diferente, su marido sufrió un accidente laboral hace seis años y después de pasar cuarenta días en coma vegetativo el traumatismo craneoencefálico que sufrió dejó daños irreversibles. Desde el primer momento le recomendaron que buscara un centro pero tardó dos años en acudir a «Recuerda». ¿Los motivos? «Me costó asimilar y entender que mi marido, que era joven, estuviera así», apunta. Dos años después encontró un camino en el que ya lleva tres años.

Lo que implica el centro para el enfermo y para las familias

Aunque la experiencia de donde se parte es divergente, hay muchos puntos en común entre los dos casos a los que hoy nos acercamos. El primero es que tanto Manuel Misas como Eladia Acaíñas resaltan la «satisfacción» que les provoca su relación con el centro de día de «Recuerda». Y lo hacen en una doble vertiente, por un lado han experimentando una «mayor alegría» en sus respectivos familiares y, por otro, el núcleo familiar consigue algo de independencia. Los dos puntualizan que la enfermedad está ahí, que prosigue en su avance, pero al menos han encontrado un punto de «felicidad».

«Ella está muy contenta, aquí hace actividades que antes le gustaban como pintar y dibujar y en ese sentido está muy contenta y nosotros vemos que está mucho mejor a nivel de ánimo porque estar todo el día en mi casa sería mucho peor», apunta Misas que también hace hincapié en la ayuda a situarse que recibe porque «aquí lo primero que hacen es ver el día de la semana en el que están, por ejemplo, y luego llega a casa y lo dice». En esos mismo términos relata su experiencia Eladia Acaíñas que reconoce que el ánimo de su marido ha cambiado a mejor desde que está en el centro de día, hace ya tres años. «El está contentísimo, lo llama la escuela y los fines de semana siempre está quejándose porque no puede venir», relata.

Luego está la otra parte, la «relajación» que experimentan los familiares al poder gozar de independencia durante parte del día. Y es que hablamos de enfermedades que requieren una dedicación constante. «Nunca te relajas del todo pero si es cierto que encuentras cierta tranquilidad, cierta independencia que antes no tenía», puntualiza Acaíñas».

Grupos de apoyo

Otro de los puntos en común que se pueden extraer de los dos relatos es la ayuda que desde la Asociación se ofrece a nivel psicológico con dinámicas como los grupos de apoyo. Los dos familiares con los que este periódico ha compartido sus experiencias explican que «nos han venido muy bien porque no es lo mismo hablar de un problema con alguien que te entiende porque lo está sufriendo del mismo modo a alguien que te entiende desde otra perspectiva». Grupos de apoyo donde el «charlar, el hablar, el soltar lo que llevamos dentro nos ayuda a desahogarnos y a encontrar apoyos».

Y es que venimos hablando de enfermedades «duras», con muchas aristas que necesitan del apoyo de profesionales tanto para el paciente como para las familias. Así que ya sabes, «Apúntante al 21″.