No solo de presupuestos vivió el pleno ordinario de mes de febrero del Ayuntamiento de Pozoblanco. ¡Qué va! Hubo mociones de todos y para todos los gustos, las suficientes para que tras una hora y media, aproximada, de «debate presupuestario» el pleno se alargara hasta las cuatro horas. Tanto se extendió la sesión con las seis mociones presentadas que el apartado de ruegos y preguntas se resolvió en poco más de diez minutos. 

Hubo dos mociones relativas al Plan 54 de las viviendas del Paseo de los Llanos, otra relacionada con el pago de horas extras al personal del Ayuntamiento, una aportada desde la Presidencia para interponer un recurso en defensa de la Autonomía Local, otra en contra de la ampliación del Cementerio Nuclear del Cabril y una última para la mejora del área de pediatría del Hospital. Para no alargarnos como lo hicieron los corporativos, resumimos diciendo que todas salieron hacia delante.

¿Interesante? Pues tampoco es que hubiera muchas cosas interesantes más allá de que Benito García y Juan Bautista Carpio no tuvieron un día de demasiado «feeling», al igual que le pasó a García con Manuela Calero -es la segunda vez que le recuerda que no está gobernando por eso de sus contactos con las delegaciones y la Junta- y que el plenario se hizo eco del debate del estado de la Nación con aquello de «la crisis ya se ha pasado».

Pocas, o ningunas, ganas quedaban para preguntar aunque a algunos de los presentes nos hubiera gustado lanzar varios ruegos, entre ellos, lo importante que resulta leer los acuerdos de las mociones para que el personal se entere de lo que va el tema porque luego se aprueban el punto 1 y 2 y se rechaza el 3 y el 4 y nos quedamos como estábamos. La excepción llegó con la concejala no adscrita, Josefa Márquez, que arrancó con su habitual batería de preguntas que agrupó en cinco pero que bien pudieron aumentarse por triplicado. Como casi siempre no obtuvo respuesta ninguna y sí alguna falta de respeto o, al menos, agravio comparativo. Las cuestiones de Márquez fueron todas para el área de urbanismo y Benito García aludió para no contestar que todas eran de «tanto tenor que se necesita que se contesten en el pleno siguiente». Luego, el presidente indicó que «se le contestarán en el siguiente pleno, o por escrito o ya se verá», entre risas. Sin entrar a valorar el fondo, las formas no son las mejores y, al menos, se podría haber contestado al estado en el que se encuentran los pliegos de condiciones de la reforma de la Avenida Villanueva de Córdoba y de la Biblioteca. Eso sí se debería saber sin necesidad de consultar, por lógica. Segundo pleno y segunda espantada a este respecto.

Y poco más, salvo que el alcalde, a pregunta del PA, quiso tranquilizar a la población ante la oleada de robos que se están produciendo en el municipio e indicó que en conversación informal con el capitán de la Guardia Civil parece que las investigaciones están avanzadas y no se cerró en solicitar una reunión con el subdelegado del gobierno. Pero como nunca llueve al agrado de todos, el concejal de seguridad, Benito García, dejó constancia de que «no tengo ni idea de cómo está el tema». Imaginamos que molesto porque el alcalde no le hubiera comentado el asunto, pero a estas alturas guardar las formas ya parece un imposible. Un plenos más y un pleno menos.