Lleva el carnaval en sangre, no en vano es hijo de dos miembros de la «Agrupación de Los Llanos», de aquellos que empezaron a forjar el carnaval de Pozoblanco. Javier Pozuelo será el pregonero de ese carnaval que vieron nacer sus progenitores, ese mismo carnaval que él ha visto crecer, del que ha sido parte y al que ha intentado aportar cada febrero. A pesar de su juventud, Pozuelo lleva veintidós años formando parte de este mundo de pasodobles y cuplés, saliendo en comparsas y chirigotas, estando en el concurso o certamen y en la calle. Le toca ahora vivirlo, sin duda, desde un privilegiado lugar.

Pozuelo se enteró de la noticia como nos enteramos hoy en día de muchas cosas, por un ‘whatsapp’ en el que se lo proponía compartir ese pregón con «mi primo Pedro, que ha sido el autor de muchas de mis agrupaciones». Sin embargo, «no conseguí convencerlo» pero el ya elegido pregonero sí tuvo claro que él quería tirar hacia adelante. El carnaval de Pozoblanco 2017 ya tenía pregonero. A pesar de ese arrojo, Pozuelo reconoce que «yo soy de buen dormir y hace días que no consigo dormir bien» porque detrás de esa decisión hay mucha ilusión pero «también mucha responsabilidad».

Comenzó en esto del carnaval con «Los Picatostes», eran los hijos de los de la Agrupación de Los Llanos, después salió con «Te veo en Carnaval» y al año siguiente vivió su primera experiencia enrolado en las filas de una comparsa. En el año 2002 nace la agrupación «Los Batallitas» con la que ha defendido tipos como «Los Reincidentes», «Los que tienen la palabra» o su última apuesta «Tres C». Ejerciendo las veces de director y, por lo tanto, «manejando al grupo, pendiente de los contratos, de convencerlos de algunas letras presentadas por el autor, mi primo Pedro, al que seguramente le he echado a lo largo de estos años para atrás mil cosas mejores de las finales».

El director de la agrupación «Los Batallitas», su última familia carnavalera, no tiene muy claro aún el dibujo del que será su pregón, sin embargo sí tiene muy claro lo que no quiere que sea. En ese camino, a buen seguro, le acompañarán aquellos que le inculcaron el veneno de febrero, los que han estado a su lado durante estos veintidós años, su forma de entender el carnaval, su identificación con la chirigota, con el desenfado, aunque apuesta siempre por un pasadoble.

Le ha llegado a Javier Pozuelo el nombramiento de pregonero el año que su agrupación había decidido darse un año sabático, aunque barajaba otras opciones. Lo que está claro es que volverá a tener una cita con el carnaval, esta vez para pregonarlo, para volver a cantarle, para volver a dirigir, para entregarse -desde otro espacio- a febrero.