La situación sanitaria deriva del coronavirus sigue dejando momentos para la historia, aunque los vividos en la madrugada de hoy por la Cofradía de la Virgen de Luna quedarán en la retina de muy pocos. Al igual que ocurriera en el mes de mayo con la llevada, el secretismo se impuso, aunque esta vez con mayor hermetismo si cabe ante un traslado que la Cofradía tildó de «íntimo y privado». Una vez conseguidas esas dos premisas tampoco se han facilitado los detalles de un traslado que se realizó en coche y que provocó que la imagen abandonara su ermita antes del domingo de sexagésima, tal y como marca la tradición, anunciándose su llegada algo después de la una de la madrugada. 

«Hoy, 7 de febrero de 2021, domingo de sexagésima, hemos cumplido con nuestra misión de una forma discreta por las excepcionales circunstancias que tristemente vivimos. Nuestra Madre y Patrona La Virgen de Luna ya se encuentra en Santa Catalina, ya se encuentra en Pozoblanco. Nuestra primera plegaria para que acabe pronto todo el  sufrimiento que esta pandemia va derramando en muchas familias de todo el mundo», rezaba el comunicado remitido por la Cofradía. 

Se confirmaba, eso sí, los cambios de planes iniciales para el traslado, unas variaciones que se extendieron a los cultos programados ya que se anularon las visitas a la imagen y la ofrenda de hornazos ante las críticas desde algunos grupos políticos por no entender la programación de esos actos en la actual situación sanitaria, y de la propia ciudadanía. Así las cosas, las eucaristías se han reducido a las de cualquier domingo sumándose la reservada a los hermanos de la Cofradía y las autoridades. En ese contexto, la patrona recibió el bastón de alcaldesa perpetua y las llaves de los sagrarios de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. 

Hubo tiempo también para dar la bienvenida a Juan Francisco Fabios como nuevo hermano de la Cofradía, así como celebrar los 50 años de servicio de Alfonso Muñoz y Juan Fabios y los 25 de Juan Dueñas, además de la jubilación de Antonio Claudio Medrán.