Manuel Fernández puso fin el pasado domingo a su segunda etapa como entrenador del Pozoalbense Femenino, un ciclo de tres años en los que el preparador se ha quedado con la espina de no conseguir su máximo anhelo, el ascenso a la máxima categoría. Más allá de eso, el técnico apeló en sus últimas declaraciones como entrenador del Pozoalbense que por encima de todo se queda con la evolución y el crecimiento de la propia entidad. «Estoy feliz por los tres años, por los éxitos deportivos y por el crecimiento del club en tan poco tiempo, que me gusta casi más que los éxitos deportivos», indicó. 

El cambio de ciclo ha marcado las últimas semanas del equipo, que ya sin nada en juego, ha intentado acabar la segunda fase con los mejores resultados posibles. Y es ahí donde llega el balance más negativo de toda la temporada, el bache de juego y resultados que dejó al Pozoalbense muy pronto fuera de la lucha por el ascenso. «Creo que el equipo hizo una grandísima primera fase donde obtuvo puntos muy interesantes y rentables de cara a la segunda fase, éramos conscientes de que íbamos a competir con rivales de un grandísimo nivel», expuso. 

A pesar de esa falta de resultados positivos, Fernández alegó que «creo que hemos estado bien en la segunda fase, hemos plasmado grandísimos partidos donde hemos sabido entender lo que el partido requería». En este sentido, el técnico incidió en que «hemos competido muy bien, lo que pasa es que hay jugadoras que marcan la diferencia en ciertos equipos y en ciertos momentos y eso es lo que nos ha hecho no soñar con ese sueño que siempre he vendido que existía», en clara referencia al ascenso. 

Respecto al bagaje de esta temporada y su extrapolación en el futuro, Fernández se queda con «lo aprendido con mi cuerpo técnico, he tenido un grandísimo cuerpo técnico». Prosiguió el técnico en esa línea apuntando que «he aprendido mucho también con la plantilla de cara al futuro, he aprendido mucho con ellas, me han aportado mucha sabiduría que es con lo que me voy». «Hemos sido felices durante la temporada, hemos creado muchas terapias extradeportivas para que el equipo estuviese conectado y hemos sido capaces de conectarlas, hemos sido humildes para competir con los mejores», explicó. 

Sin desvelar su futuro, que parece mirar al Santa Teresa de Badajoz, finalmente Fernández no cerró la puerta a una posible vuelta porque «la vida nunca sabe lo que te depara». «Ha sido una semana complicada, emotiva, son muchos días trabajando por este club y al final los sentimientos salen. Estoy muy feliz por este equipo, por este club y por mi pueblo», zanjó.