Treinta años ha ostentado Manuel Marín Domínguez el cargo de alférez-abanderado de la Cofradía de la Virgen de Luna, tres décadas que llegan a su fin con la dimisión voluntaria presentada por quien es parte indiscutible de la historia de la Cofradía y de la imagen que los pozoalbenses tienen de las romerías y de cualquier actividad relacionada con su patrona. La Cofradía ha comunicado a través de sus redes sociales que el cargo será asumido ahora por Antonio Blanco López después de ser elegido en Junta General Extraordinaria. La Cofradía también felicita al nuevo alférez y expresa su agradecimiento a Manuel Marín por su trabajo al frente del cargo a lo largo de los últimos treinta años. 

La posibilidad de ser alférez-abanderado está abierta a cualquier hermano de la cofradía que puede presentar su candidatura, aunque posteriormente tiene que ser votada y aprobada en la asamblea. La de Antonio Blanco fue la única candidatura que se presentó y tras la aprobación de la junta se completaron los mandos que estipulan los estatutos de la cofradía: un Capitán, un Capellán aprobado por la Autoridad Eclesiástica, un Alférez-Abanderado, un Sargento y dos Cabos: uno de filas y otro de retaguardia. 

El nuevo alférez-abanderado, Antonio Blanco López, es hermano de la cofradía desde el año 1995 y, curiosamente, juró bandera cuando Manuel Marín llevaba tres años en ese mismo cargo, por lo que relata que «en mis casi 47 años de vida solo he conocido a dos abanderados». Ese dato es motivo para que sienta «una enorme responsabilidad y compromiso» ante el puesto que ostentará a partir de ahora, pero las sensaciones también dejan «el hecho de que es un honor y un auténtico orgullo». «Para los cofrades creo que este puesto significa abanderar la fe que todos profesamos hacia la Virgen de Luna». 

Antonio Blanco, que ocupaba en la actualidad el cargo de tesorero de la cofradía, relata que ya se ha producido «la cesión de la bandera y todo lo que conlleva» y que «ya he tenido la primera toma de contacto con la bandera» porque ahora tocará acostumbrarse a esos movimientos y a esos despliegues que son propios y parte de la historia de la cofradía de la Virgen de Luna pozoalbense. En su compañero de filas, sin duda, tiene a un gran maestro.