La Feria de Pozoblanco ya ha llegado, el Recinto Ferial luce su mejor aspecto para acoger una fiesta que en el día de ayer vivió algunas de sus estampas más tradicionales y otras que nos llegaron por primera vez. En este capítulo se encuadró una exposición fotográfica que recorre los 175 años de historia de la feria de la localidad con instantáneas que se han colocado en la calle Mayor, calle Real, calle Feria y en el propio Recinto Ferial. Fue uno de los atractivos del primer día de feria que atrajo la curiosidad de decenas de personas.

En la otra parte, en esos momentos que quedan en la retina año tras años aparece una cabalgata de Gigantes y Cabezudos que volvió a recorrer la calle la Feria; la alegría de un pregonero que formó parte de la comitiva institucional; o el primer encendido del alumbrado de Santiago Cabello como alcalde. Los fuegos artificiales marcaron otro inicio y dejaron lugar a esos primeros paseos por la feria.

Una feria que sigue en la tónica de recuperar la zona conocida como ‘el fortín’ como punto neurálgico del ocio, pero también en la que se echa de menos más actividad en la zona donde se colocan las casetas familiares, con tan sólo tres instaladas en esta edición.

Lejos de donde cada uno decida pasar esta feria, lo cierto es que la noche del martes permitió ver a los ciudadanos tomando sus primeros chocolates con churros, a los grupos de amigos, daba igual la edad, de subir y pisar en la primera noche el Recinto Ferial, o a los niños disfrutar con las atracciones. No fue una noche excesivamente larga, por delante quedan muchos días de una feria que se deja sentir en muchos rincones de Pozoblanco.