Partido complicado el que afronta el Club Deportivo Pozoblanco para cerrar un año que todos los equipos quieren dejar atrás. Para ello, el equipo blanquillo tendrá un último compromiso liguero en el que recibirá al San Roque, que llega líder de la competición. El partido también servirá para que los de Emilio Fajardo recuperen el aliento de su afición después de varias semanas con los choques sin público debido a las restricciones impuestas por la pandemia. 

Once puntos separan a ambos clubes con los de San Roque firmando una racha espectacular que le ha aupado al primer puesto de la clasificación. «Sacan todos los partidos, suman de tres en tres y es que es un equipo hecho para ser líder, para jugar el play-off, todo lo que no sea estar entre los tres primeros no entra en sus objetivos», expuso el técnico del Pozoblanco, Emilio Fajardo. 

El preparador analizó a su rival indicando que «cuando un equipo está así te preocupa todo, tienen las ideas muy claras, intentan que el balón le llegue a la gente de arriba que es donde marcan las diferencias porque son súper verticales». Fajardo alabó los recursos del San Roque, así como algunos nombres propios como Camacho, Fernandito o Ignacio Aveledo. «Nos preocupa el equipo entero, pero también estar nosotros bien porque hemos demostrado que a este nivel podemos vencer a cualquier», apostilló. 

Para la cita seguirán siendo baja Carlos Moreno y Troyano, cuyas bajas ya estaban previstas porque no entrarán en convocatoria hasta el mes de enero, aunque hay que sumar otra importante como la del delantero Brian. Además, tampoco estará Alfonso Benítez, el último jugador que ha causado baja aunque el técnico precisó que «es un caso totalmente diferente, se ha ido por una situación complicada en la que no puede compaginar su trabajo con el fútbol». 

Otra de las cuestiones que abordó el técnico es la disminución de jugadores nativos de Pozoblanco en la plantilla y en los once iniciales. Y es que ante el Sevilla C se dio una circunstancia que no ocurría hace siete años, es decir, que el Pozoblanco arrancase un partido sin ningún jugador de la casa en ese once. Algo a lo que Fajardo no dio excesiva importancia porque «no miro el DNI para elegir el once, no miro de dónde es cada uno, simplemente juegan los que mejor están».