“Pasmado” te quedas. Tras más de 25 años involucrado con este deporte, sigues viendo y padeciendo lo que yo llamo “Las penas del Baloncesto”

Quiero ser objetivo y positivo, pero NO PUEDO. Hace unos años estas cosas me llevaron a hacer un paréntesis en mi relación con mi querido deporte, al cual volví con ilusión y ganas de disfrutar. Lo que ocurre es que las experiencias negativas, descalificaciones, actitudes y conductas desentonadas, están lejos de los valores del baloncesto (divertirse, hacer amigos, respetarse… y varios más), costumbres habituales que estoy viviendo en estas dos últimas temporadas y que en muchos casos provienen de las gradas, por parte de espectadores, en su mayoría padres y madres de los jugadores, además de árbitros y entrenadores… lo que deja mucho que desear.

He observado la presión exagerada de entrenadores y padres a jugadoras (alentar SI, pero… incitar a una niña de 10-11 años a utilizar la “agresividad y fuerza física” para impedir que una rival disfrute del baloncesto a base de golpes desproporcionados (“¡te he dicho que le pegues!“-he llegado a escuchar-), las manipulaciones arbítrales (eliminar por faltas, intencionadamente, a las jugadoras más determinantes de un equipo, no ser equitativos para ambos conjuntos, no aplicar las reglas por igual a los dos equipos o jugadoras, etc…), las trampas de entrenadores (fingir lesiones de niñas para que salgan otras “mejores”), la manipulación por parte de las mesas de cualquier índole de los resultados (con el tema de anotar más o menos puntos, o hacer que el tiempo corra más o menos según interese), la violencia física y/o verbal (niñas INSULTANDO e “intimidando al rival”), que un árbitro se encare con el público o pare un partido por “sentirse acosado” fuera de la realidad, dedicando “peinetas” y amenazando al público simplemente preocupado por la integridad de sus hijos… Todas son actitudes y conductas incompatibles con el baloncesto.

No hay conducta ética ni moral, para mí esencial… “SOLO VALE GANAR O FAVORECER SEGÚN INTERESES” y lo digo yo, una persona muy competitiva. Todo es fruto de las actitudes de ciertas “personas” y reflejo de sus valores, infectando a este deporte y a los niñ@s que lo practican de la falta de esos principios fundamentales. El baloncesto es un modelo de progreso social además de una forma inteligente de vida y cuando ves plasmado en niñ@s de 9-10-11 años… todo esto, como mínimo es para denunciarlo y quedarte “Pasmado”.

La mayoría de los espectadores son familiares y supongo que quieren que sus hij@s ¡sean felices! Animar no es insultar, ni a los hijos, ni a los rivales, ni a los familiares de los otros equipos (cosa que he visto ya varias veces) encarándose con todos. Los espectadores y entrenadores somos el espejo para sus hij@. (Una vez vi en un anuncio que un padre le decía a su hijo de 10 años, ¡Hijo!, por mal camino vas, a lo que respondo su hijo… pues ten cuidado porque estoy siguiendo tus pasos…)… de ahí la importancia de lo malo que estoy viviendo.

Recordar que el baloncesto es deportividad e incluye nobleza, pundonor y respeto a los que lo practican, o sea, el «juego limpio». Permitir que el árbitro de un partido “coleguee” con las jugadoras o entrenadores rivales antes, durante y después de un partido, o que un entrenador manipule a sus jugadoras como calderillos de mano, está lejos del RESPETO. Pongo ejemplos: llegar un árbitro a pitar un partido con su hijo pequeño y que lo deje al cuidado de uno de los entrenadores del equipo rival…, que un árbitro se muestre excesivamente “atento” con varias niñas de un equipo y que salgan todos juntos de la instalación donde se ha jugado el partido echándose fotos, que un árbitro falte al respeto a los entrenadores del equipo “NO amigo” y que, para colmo, critiquen que defendamos nuestra cuota de participación en el mismo, permitiendo al rival hacer y decir lo que le venga en gana, quitándolo rápido del medio, utilizando la supuesta autoridad que le da un silbato… Que la Federación permita jugar partidos en instalaciones faltas de seguridad, con pistas y canastas destrozadas, e iluminación deficiente… es permitir la vulneración de la competición. He sufrido la incoherente norma federativa de darnos un partido por perdido por volver a poner en pista a una “niña” que había agotado sus sextos “obligatorios” por otra jugadora que por faltas personales había sido eliminada del partido de forma lícita y no suspicaz, sin influir en el resultado y no tener más jugadoras disponibles; FAVORISTISMOS defendidos y descarados, que todos sabemos por dónde van los tiros y de donde provienen, verdad? A que todos pensamos en los mismos!!!…(eso es tirar por la borda el trabajo humilde de muchos); provocaciones despectivas de entrenadores a niñas y entrenadores rivales, podría seguir…

Que el baloncesto es muy divertido, que nos aporta bienestar y salud lo tenemos claro, pero el fin último es pasarlo bien y crecer como personas, además de competir y enseñar… ganar o perder, pero con respeto, no arrogancia. El baloncesto nos “educa para la vida”, siendo una actividad que potencia la Amistad, el conocimiento y la relación entre las personas, no la soberbia, la desfachatez y la insolencia de muchos. Nadie juega con mi trabajo, mi dedicación, y ninguno me quitará la ilusión por este deporte. La falta de medios y lo limitados que estamos en muchos aspectos dan más fuerza al mérito del trabajo desinteresado y humilde de la gente que me rodea, y no el “abrir el pico” y obtener beneficio gratuito por ser quien eres.

Por ello, desde aquí, mi enérgica denuncia expresa a todos los que permiten que esto ocurra y lo que implica a toda la familia del baloncesto, jugador@s, padres y madres, espectadores, entrenadores, árbitros, dirigentes, a las instituciones deportivas que correspondan y en general a todo lo que engloba el baloncesto que me rodea. Ya está bien de tanta altanería, permisividad y mirar a otro lado, cuando clubes modestos como el mío se parten la “crisma” todos los años para que sus niñ@ puedan practicar este nuestro deporte sin pedir nada a cambio y sin la necesidad de presenciar espectáculos como los que estoy viviendo. La FAB Córdoba, consciente de todo esto, debería poner los puntos sobre las ies y no hacer la vista gorda. Intolerancia a todo esto y fomento de la educación. FUERA este tipo de “personas” que promueven, defienden y permiten esta postura; todos estamos en el mismo barco y el baloncesto es de todos, no solo de algunos, aunque me temo que después de 25 años, todo seguirá igual durante, como mínimo, otros 25 años…

Promocionar la deportividad desde el “juego limpio” entre todos.