Desde las nueve de la mañana hay trabajo en el Teatro «El Silo», hoy es uno de esos días donde cada milímetro del espacio será utilizado, lo que se ve y lo que no. Es noche de ópera, es noche de «La Bohème», es turno de Giaccomo Puccini y de que la compañía Ópera 2001 vuelva a conquistar al público pozoalbense. Ayer la compañía actuó en el Gran Teatro Circo de Albacete, hoy llega a Pozoblanco, un destino al que le sucederán muchos otros, entre ellos, París, Niza o el Falla de Cádiz. Sin duda, un privilegio para el espacio escénico pozoalbense y para el público.

 

Luis Miguel Lainz es el productor de Ópera 2001 y explica que con la llegada a Pozoblanco cumple uno de sus objetivos «llevar la ópera a cualquier ciudad porque la ópera es para todos, no sólo para una élite». Después de varias propuestas, la compañía aterriza en la localidad de Los Pedroches con «La Bohème» que «es quizás la más popular de Puccini y la segunda más representada en la historia de la ópera». «Entiendo que es una ópera fácil, para un público no iniciado que transcurre en el París del siglo XIX con ingredientes como el amor, el desamor, la crisis económica, pero es una obra muy bonita, alegre y con la música de Puccini, que te llega al alma».

El público tendrá la oportunidad de ver esta noche esa historia, esa recreación del entorno parisino que es posible gracias a un arduo trabajo en el que la compañía lleva trabajando ocho meses de producción y que implica a más de un centenar de personas. Lainz destaca que «la escenografía es corpórea, muy voluminosa y es bastante complicado porque hay que recrear el barrio latino de ese París del siglo XIX y eso requiere mucha inversión económica pero también en el plano del diseño del decorado donde hemos combinado la escenografía tradicional con unos cuadros de Van Gogh».

Aunque el productor dice que la acogida del público «recompensa» también relata las dificultades de un proceso de producción que implicó realizar audiciones en muchas ciudades, el diseño del vestuario, que fue realizado en Italia, los ensayos con la orquesta que le llevaron dos semanas a Bulgaria para «conseguir que estuviera realmente preparada». Dificultades que se van salvando gracias al denominador común que une al centenar de personas de la compañía, «el amor por la ópera y el reto de llevarla a cualquier sitio».

El Teatro está a pleno rendimiento desde primera hora de la mañana y no dejará de estarlo hasta que se apaguen las luces y el telón baje anunciando el final. Los camerinos se llenarán, los encargados del vestuario darán los últimos retoques, no habrá luz del teatro que no se utilice porque «hay que utilizar hasta el último metro cuadrado». «En el segundo acto en el escenario puede haber unas 50 personas, necesitamos mucho espacio y eso hay que iluminarlo, tenemos que conseguir que los cantantes oigan a la orquesta porque a veces no la oyen, hay que controlar la pantalla de subtítulos… Todo, son muchos detalles, pero es bonito porque el teatro se utiliza de una manera profesional», explica el productor.

Hoy es tiempo para la ópera, para trasladarse al París del siglo XIX, para sentir la música de Puccini, para asistir a una lucha diaria por sobrevivir, para ser testigos de una historia de amor, de pobreza, de sacrificio y de muerte. Es tiempo de «La Bohéme».

 

*El precio de las entradas es de 30/25 y 22 euros. El espectáculo comenzará a las 21:00 horas