Pozoblanco se prepara estos días para la llegada de su patrona, la Virgen de Luna, a la localidad tras sus correspondientes meses en Villanueva de Córdoba y en el Santuario de la Jara. Lo hace a sabiendas de que se avecina un día importante cargado de tradiciones que tendrán que ser vividas lejos de una romería que fue suspendida por las actuales circunstancias sanitarias. Mientras eso sucede en Pozoblanco, hay personas que trabajan porque esas tradiciones sigan teniendo mayor trascendencia y otros nexos de conexión con las nuevas generaciones. Hace unos años se recuperaba la historia de la correspondencia que el secretario de la Cofradía de la Virgen de Luna por aquel entonces, Felipe Sánchez Urbano, mantuvo con representantes de la Nasa en España y con los astronautas del Apolo XI y el Apolo XVII, una historia que el profesor Herminio Rodríguez Pozo rescató casi del olvido, con el beneplácito de la Cofradía, y en la que sigue trabajando.

Una entrañable relación entre la Cofradía y las Misiones Apolo que el profesor ha conseguido traer a la actualidad, pero a la que quiere dotar de mayor contenido. En este sentido, asegura que «la NASA está interesada en acoger en sus archivos históricos una copia de aquella correspondencia», lo que para Herminio Rodríguez sería sin duda «una pequeña historia para la NASA, pero una gran historia para Pozoblanco». Para llegar a este punto, el profesor se ha encontrado con el apoyo de personas relevantes en el mundo de la ciencia llegando a contactar con Adriana Ocampo Uria, directora de los proyectos científicos de la NASA y una de las cincuenta mujeres más influyentes del mundo científico a nivel internacional. «Ha mostrado desde un principio un gran interés por este relato, patrimonio cultural y científico de nuestra tierra», explica Herminio que matiza que «ha mostrado su interés en visitarnos para sellar esta hermosa relación». 

En este contexto, Herminio ha elaborado un amplio dossier para remitir a la NASA donde recoge aquella correspondencia, así como la historia de la Virgen de Luna, de la Cofradía y de Pozoblanco, además de la relevancia que estas cartas han alcanzado. Todo ello con un objetivo, que esa documentación acabe en los archivos de la NASA, algo para lo que hay que esperar a la respuesta final del director de la División de Historia de la NASA, Brian Odom, que ya ha mostrado su interés a través de una actitud de empatía con toda este trabajo de divulgación. «La verdad que es un hito que una historia tan particular, popular, valiente, atrevida, con un sentido de progreso por parte de Felipe Sánchez Urbano, promotor de las famosas misivas, haya despertado por lo menos un interés por parte de NASA para actualizarla de alguna manera medio siglo después», explica este profesor con vinculaciones familiares con la Cofradía que trabaja incansablemente porque esta historia consiga tener trascendencia. 

La historia

La llegada del hombre a la Luna llevó a otro espíritu valiente e inquieto, el del secretario en aquellos años, Felipe Sánchez Urbano, a remitir, con el beneplácito de la junta directiva, una misiva a aquellos hombres que habían afrontado el viaje de 384.000 kilómetros de distancia desde la rampa de lanzamiento de Cabo Cañaveral hasta el satélite de la Tierra.

Esa misiva, guardada con recelo por la propia Cofradía, data del el 30 de julio de 1969 y en ella se traslada la alegría por la culminación con éxito de la operación Apolo XI. Sumándose a las felicitaciones llegadas desde todos los continentes, la Cofradía pozoalbense da un paso más allá y explica que con motivo de ese éxito “y como el mejor presente que podemos ofrecerle, le adjuntamos una fotografía de la Santísima Virgen de Luna, patrona de esta ciudad y titular de nuestra Cofradía, rogándole acepte este nuestro obsequio en conmemoración de la gran gesta que han llevado a cabo”. 

Lo mágico de esta anécdota, la alineación de planetas, llegó el 23 de septiembre de ese mismo año con la respuesta a aquella carta. Otra misiva, esta vez escrita desde Houston (Texas), desde la NASA y con las firmas de aquellos tres hombres cuyos nombres están asociados a la historia de la Humanidad. Esas firmas vienen precedidas de un breve texto donde se agradece la calurosa misiva y donde se le desea a la Cofradía “mucho éxito en su dedicación”. Además, también se adjunta una fotografía firmada de su puño y letra por Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins. En la inmensidad del mundo, que constata precisamente ese viaje a la Luna, un pueblo de la comarca de Los Pedroches se hace hueco a través de una correspondencia que atestigua la “relación” entre la Virgen de Luna y aquella misión espacial.