Las fiestas de San Gregorio han marcado la actualidad en Pozoblanco en los últimos días, unas fiestas «pasadas por agua» que han deslucido en parte el cambio de ubicación -del Recinto Ferial al barrio- de la que también es conocida como la «feria chica» de la localidad. Aunque la glorieta de la ermita ha tenido una gran actividad, lo cierto es que la zona de las atracciones ha tenido menos movimiento del esperado por las inclemencias del tiempo.

Una situación meteorológica que también impidió cumplir con alguna de las tradiciones que van aparejadas a la festividad. Y es que si el domingo la lluvia no era impedimento para la tradicional quema del corcho, no ocurrió lo mismo el lunes cuando la imagen de San Gregorio no pudo ser portada en la tradicional procesión ante la incesante lluvia caída durante toda la mañana.

Desde la Cofradía se hizo todo lo posible para intentar sacar la imagen del templo y se sopesó procesionar por la glorieta. Sin embargo, finalmente se declinó esta opción y la imagen no abandonó la ermita de San Gregorio, que se quedó pequeña para la eucaristía que se celebró a partir de las doce de la mañana hasta donde acudieron decenas de devotos.