Leía esta mañana en Twitter a un dirigente de la comarca decir que estaba harto de escuchar eso del cambio en España. Le recomiendo que no se pase por Pozoblanco porque aquí lo del cambio está casi institucionalizado. En septiembre vivimos la Feria del cambio, acabamos de disfrutar de la Navidad del cambio y el lunes se aprobaron los presupuestos del cambio. No sé yo si dentro de nada viviremos la Virgen de Luna del cambio, aunque para ello sea necesario cambiarle el nombre al Santuario de La Jara. ¡Ojú!

Pero no se crean que lo del cambio es algo que se han sacado de la manga nuestros políticos sin más, sin otro objetivo. ¡Qué va! Todo está perfectamente estudiado. El fin que se persigue no es otro que Pozoblanco se convierta en un referente y que vuelva a estar en el lugar que se merece –de esto ya escribí un día y demuestra que los discursos no cambian tanto-. Sigo pensando que no sé cuál será ese lugar, igual pedimos, puestos a pedir, que bajemos un poco nuestra posición en el mapa porque a lo mejor un poquito más al sur nos hacen más caso. No sé el sitio, lo que espero es que lleguemos más que nada para que algunos revisen sus discursos.

Hablando de discursos, la portavoz de Pozoblanco en Positivo, Rosario Rossi, llevaba el suyo bien atado a la hora de defender los presupuestos. Se suele situar la concejala de Cultura en la dicotomía de lo bueno y lo malo, que podría aplicarse al ahora y al antes y se encontró, y no por primera vez, con la réplica de Benito García que le dijo muy a las claras que la afirmación esa de que por fin no se hacían unos presupuestos a “salto de mata” era una falta de respeto a las anteriores corporaciones y al trabajo, no siempre malo, que han realizado. Y es que entre tanto cambio hay a quien se le olvida que en sus filas el cambio no se puede aplicar al cien por cien porque a la concejala más joven de la corporación se le olvidó que entre esos “malos” presupuestos hay dos bajo la impronta de sus compañeros de equipo de gobierno, Emiliano Pozuelo y Manuel Cabrera.

Pero volviendo al presupuesto del cambio nos enteramos que hay concejalías que tienen la misma dotación económica con las mismas partidas. También que la subvención para los festejos taurinos pasa de 30.000 a 40.000 euros, que la seguridad en el botellón duplica su partida (de 12.000 a 24.000) y que hay una partida para el renting de un coche para el alcalde. Las dos primeras cosas podrían cuestionarse, pero no entiendo las críticas a la tercera. Oye, que hemos cambiado pero no tanto, aquí no tenemos metro para ir a trabajar haciéndonos los guays. Por favor, seamos serios. Como serio se ha sido con el capítulo de inversiones donde se ha tenido altura de miras y se ha abogado por un desarrollo claro de la localidad. Ahora para variar de verdad, que se lleven a cabo todas.

En lo que no hay cambio es en mi sector, el de los medios de comunicación. Un sector para nada homogéneo que aglutina a periodistas y a quienes juegan a serlo. En fin, vamos a cambiar de tema.